Cada vez se ven más “Made in
China”. Y no solamente esto: la invasión de tiendas que no se sabe muy bien si
las alquilan o las compran, es público y notorio. Esto es lo que vemos en
España.
También hay otro aspecto en
el que nadie, o casi nadie, repara: el dominio, el colonialismo y el
imperialismo que ejerce China sobre África. Como esto no es políticamente
correcto, silencio absoluto. Ya sabemos por los trompeteros y fámulos del
marxismo que del único imperialismo y colonialismo que hay que hablar es el de
los EE.UU.
Pero, volvamos al tema que
nos ocupa. El “paraíso” comunista chino se expande por África gestionando todo
tipo de explotaciones, ya sean minas, fábricas, comercios, etc., que han traído
como consecuencia que las condiciones de trabajo de los nativos hayan empeorado,
reduciendo los salarios y aumentando los accidentes laborales.
El colonialismo y el
imperialismo chino en relación con África, lleva más de 50 años actuando. Así,
en el libro “La silenciosa conquista china”, autores Juan Pablo Cardenal
Nicolau y Heriberto Araújo Rodríguez, Crítica, Barcelona 2011, 320 páginas, nos
cuentan los citados autores, periodistas españoles que estuvieron varios años
en China trabajando para “El Economista”
y para la agencia “Notimex”, respectivamente, el entramado chino que hay
montado en África que ha llevado a China
a montar negocios que rondaban los 150.000 millones de dólares en 2011,
comprando todo lo habido y por haber: madera, petróleo, minerales, cobalto,
cobre, etc, etc, vendiendo los derivados de estos productos montados en sus
fábricas, lo que supone el funcionamiento del sistema colonial tan criticado
por los de la internacional de la mentira, del odio y del terror. Pero, claro,
como dicho sistema es de los “nuestros”, ni puñetera palabra. También nos
comentan la catástrofe que se cierne sobre el medio ambiente en China, amén de
contarnos la existencia de los denominados “pueblos del cáncer” y de comentar
que en China están las 20 de las 30 ciudades más contaminadas del planeta.
Como ya supondrán, el
descontento entre la población africana con los imperialistas chinos, es
notorio pero no público. Así, en el mes de julio de 2.006 (hay que “recuperar
la memoria histórica”, oiga), los obreros africanos hicieron una protesta ante
los jefes chinos para que se les subiese el salario. La respuesta fue a tiros,
matando a cinco de los obreros africanos ¡Quién lo diría, que representantes de
una de las patrias del proletariado, iba a asesinar vilmente a otros proletarios!
Si hacemos caso al sátrapa
Fidel Castro en un discurso que pronunció en sus primeros años de crimen y
castigo al pueblo cubano, en el que decía que los EE.UU. por cada dólar que
invertían en Sudamérica sacaba tres, ¿no podremos preguntarnos nosotros ahora
mismo también cuántos euros saca China de África por euro invertido?
En fin, ¿no tienen nada que
decir sobre estas cosas la activista “medioambiental” sueca Greta Tintin
Eleonora Emman Thunberg, popularmente conocida como Greta Thumbert? Pues no,
oiga: ella y su “complexo” mundial de ecologistas, “ecologistos” y “ecologistes”,
callan como zorros. El medio ambiente lo destruye el capitalismo occidental, no
el chino, oiga.
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