Ahorcados y lapidados

 A “recuperar la memoria histórica”, oiga.

Por el verano de 2010, el Ministerio de Orientación Islámica de Irán dictó unas normas para indicar a los hombres cómo tienen que llevar el pelo, no permitiendo melenas, coletas, ni cabellos largos. Para salvar lo de la “alianza de civilizaciones”, dijeron que era una campaña contra la delincuencia. Es decir, los que llevan pelo largo y coletas son unos delincuentes.

 Pero lo gordo del asunto es que detrás de todo esto está la ejecución mediante la horca y la lapidación de los homosexuales. Ya van unos cuantos miles.

 Las sanciones para estos del “orgullo gay”, varían. Así, el “orgulloso” es castigado con una gran paliza la primera vez, pero si reincide será ahorcado. Si el homosexual está casado, no se le ahorca, si no que se le ejecuta por lapidación. Ya lo decía Mahoma: “matar al que sodomiza y al que se deja sodomizar”.

 Después de ver esto, se pueden hacer varias preguntas:

 a).- ¿Se imaginan ustedes la que se armaría si hubiese aquí un Ministerio de Orientación Cristiana?.

 b).- ¿Cómo es que estos de la “alianza de civilizaciones” no protestan porque en Irán, o ahora en Afganistán, no se celebre el “día del orgullo gay”?

 c).-  ¿Se atrevería el “vate de Franco” (¡si, hombre, si, Víctor Manuel!) a insultar tan gravemente a un miembro de la religión islámica como lo hizo en su día en Gijón a un miembro de la iglesia católica, llamándole “hijo de puta”?

 d).- ¿Dijeron algo en su día los Zerolo, Almodóvar, etc, etc, y demás? ¿Qué dijeron, asimismo, los Bardem, Ana Belén, el citado “vate” y demás “artiscejos zetapedos”? Pues no dijeron nada. Son unos inconsecuentes, por no decir otra cosa.