Así se intitula el libro de
Vasili Grossmann e Ilyá Ehrenburg, Editorial Galaxia Gutenberg, Círculo de
Lectores, Setiembre de 2011, 1226
páginas, incluidos Agradecimientos e Índice.
El libro trata, sencilla y
llanamente, del exterminio de judíos a manos de la Alemania de Hitler, basado
en el archivo y compilación de documentos de personas que lograron salir con
vida del holocausto hitleriano, tan negado ahora por razones inconfesables.
Este libro estuvo prohibido en la
Unión Soviética, vetado por el propio Stalin. Las razones son varias. Nosotros
destacaríamos una: el temor a que se
descubrieran también las masacres perpetradas por el régimen comunista también
contra los judíos (esto lo veremos próximamente cuando comentemos el libro “Tierras de sangre. Europa entre Hitler y
Stalin”, Editorial Galaxia Gutemberg, Cícrulo de Lectores, Noviembre de 2011, 620 páginas, incluido
Índice).
Otra de las razones de su
prohibición, era que la nomenklatura soviética decía que el horror nazy también
había sido contra el pueblo soviético, y que se contase en el libro. Sin
embargo, no decían nada de la gran purga llevada a cabo por Stalin en 1937,
quien se inventó una “conspiración judeo-sionista” para derribar el régimen.
Tampoco se dice nada de que
Stalin prohibió en 1945 hablar del Holocausto Judío, pues la URSS negaba los
crímenes nazys contra los judíos, diciendo que las verdaderas víctimas habían
sido los propios rusos. Asimismo, tampoco se dice nada de que en la Polonia
ocupada por los soviéticos, casi 400 judíos fueron vilmente asesinados en
peleas y linchamientos callejeros.
¿Y de las masacres cometidas por
el Ejército Rojo contra judíos en Ukrania, siendo las más nombradas las de
Smela y Baranovichi?
Tampoco se dice nada de las
deportaciones efectuadas por los soviéticos durante la II Guerra Mundial de
estonios y lituanos, que fueron enviados a los gulags de Siberia. ¿Y de los
judíos polacos que los rusos entregaron a Hitler, porque en aquel entonces Hitler
y Stalin habían firmado su tristemente famoso pacto, colaborando miembros de la
GESTAPO y de la KGB, entonces NKVD? ¿Y qué pasó en 1941, cuando la URSS se
enfrentó al Eje, y ante la inminente conquista de la ciudad de Lviv por los
alemanes, los rusos antes de evacuar dicha ciudad asesinaron vilmente a miles
de judíos?
El libro presenta al Ejército
Rojo como un luchador por la libertad. Sin comentarios. Nos ha llamado la
atención los capítulos dedicados a Lituania y a Letonia, páginas 541 a 803, y
813 a 888, respectivamente. Ni una sola referencia a los crímenes cometidos por
los soviéticos en el Báltico.
Y terminamos diciendo que la idea
original de publicar esta obra fue de Albert Einstein, además de otros
científicos y artistas, y también del Comité de escritores judíos de Estados
Unidos.
En fin, lo bueno que tiene este
libro es, como decíamos al principio, que ha quedado demostrado una vez más, el
terrible holocausto sufrido por el pueblo judío, holocausto que ahora se quiere
borrar de la Historia.
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