sábado, 17 de diciembre de 2016

Violencia y pacifismo: tres pájaros de un tiro.


Toda persona normalmente constituida psíquica y moralmente, estaría en contra de la guerra y a favor de la paz, obviamente. Pero esto, desgraciadamente, no es así. Y lo más extraño es que los que están a favor de la guerra se autocalifican como pacifistas. Sólo están en contra de ella cuando intervienen los EE.UU., Israel, o un gobierno del PP. Cuando intervienen, e intervenían, los Evo Morales, Fidel Castro, Hugo Chávez, los islamistas, comunistas, separatistas, etc, callan y no dicen ni  mu.


El enfoque que hacen es el siguiente: culpan a “los otros” de violentos, con lo que automáticamente merecen la réplica “nuestra”, es decir, la de los pacifistas. Por tanto, son partidarios de la violencia, pero sólo en el sentido que ellos quieren. El bien es lo que hay que perseguir, y el mal es lo que hay que destruir. El bien es lo que “nosotros los pacifistas” predicamos. “Los otros” son los que quieren el mal. Maniqueismo puro de manual de lo políticamente correcto. La paz a cualquier precio, oiga.
Este maniqueismo, en el fondo, proviene de mentes totalitarias, como las que pululan actualmente por este socialismo y comunismo “modelnos” acampados en nuestra Patria. Y es que el totalitarismo, como es sobradamente conocido y sabido, es tener una fe inquebrantable, preñada de fanatismo, cerrilismo y dogmatismo, en opiniones y puntos de vista, que excluyen a las demás. Consecuencia y conclusión: si no sois partidarios de “nuestra paz”, tendréis nuestra guerra.

Parte de este totalitarismo, proviene de ese igualitarismo que nos pregonan a bombo y platillo día y noche: no se admiten discrepancias ni libertades, ni se respetan las opiniones de los demás. Tenemos que pensar todos igualmente. Somos portadores de la “hybris intelectualista”, y tenemos una visión privilegiada sobre todas las cosas, oiga.

Estos de la “hybris”, presumen entender y comprender el mundo mejor que nadie. Conocimos a un pedante marxista infumable que escribía desde su “atalaya” dando lecciones de todo tipo a base de tópicos típicos sin ningún fundamento. Decía de sí mismo “tengo mucho de científico”.

Esta pretensión pedante y soberbia de estos “hybris”, no deja de ser una cosa ridícula. Ellos tienen la razón única. Pero lo peor es que es un arma que induce a la violencia contra las otras personas que no tienen ese “privilegio”, y que se dedican a leer, estudiar, investigar, valorar, sopesar, desenmascarar, etc, todas las falacias, mentiras y embelecos de estos “hybridos”.


De todas formas, “nihil novo sub sole”: el socialismo sigue con su mentalidad absolutista, y “los otros” son los que tienen la culpa de ser víctimas por no aceptar la “verdad”.

Corolario: la violencia pacifista siempre estará justificada, y cuando surge el conflicto los responsables serán “los instigadores”, “los provocadores”, es decir, “los otros”. Y también esta mentalidad totalitaria, absolutista y violenta, además de corromper la razón, corrompe la moral y la ética, con lo cual se matan tres pájaros de un tiro.



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