Así se intitula el libro de Francisco Olaya Morales, Nossa y J. Editores, S.L., 1998, 566 páginas.
Someramente diremos que al autor fue un político e historiador anarquista y destacado militante de la CNT. En setiembre de 1939 fue encarcelado durante varios años por haber organizado la primera huelga contra Franco en ese mismo año. Tras su liberación se exilió en Francia, muriendo en París en marzo de 2011. Había nacido en Linares en 1923.00
Dentro del Capítulo III intitulado “La irresponsabilidad gubernamental”, destaca el apartado “La ayuda rusa”, página 144. Dice así:
“El plan estratégico de Stalin para la organización de los servicios de compras de material de guerra destinado a España, en Europa y en América, se puso en práctica en la primera quincena de octubre de 1936, si nos atenemos al testimonio de Krivitsky ( I ). El sistema adoptado fue simple y eficaz. En general, se utilizaban los servicios competentes de los clásicos traficantes de armas, de comerciantes sin escrúpulos o de elementos que simpatizaban con la República española o con los partidos comunistas y, en algunos casos, se crearon sociedades ficticias, explotando la venalidad de elementos bien caracterizados, entre los que destacaron turcos y griegos.
Por razones de utilidad y geográficas el centro de esta trama se estableció en París utilizando un servicio doble. Emile Dutilleul, tesorero del Partido Comunista francés, y el italiano Giulio Cerreti, se encargaron del tráfico de armas, estableciendo su cuartel general en la rue Vernet, junto a la oficina de la Comisión de Compras española, , y Eugène Frie y Maurice Tréand, de la recluta de voluntarios para las brigadas internacionales.
Seguidamente, establecieron una red de firmas de importación y exportación, en su mayor parte sufragadas por Negrín, o se utilizaron otras que ya funcionaban”.
En el párrafo siguiente aparecen los nombres de esas empresas que, si no nos equivocamos al contarlas, fueron 12. A continuación se lee:
“Posteriormente, Negrín financió la ‘Agence Espagne’, organizada y dirigida por el comunista checo Otto Katz. Igualmente, a principios de 1937, por mediación del Partido Comunista francés, que utilizó a un individuo llamado Bensoussan, financió un periódico con el título de ‘Ce Soir’, con un capital declarado de 1 millón de francos, cuyo Consejo de Administración estaba compuesto por los comunistas René Souillard, Emile Breugne, Massaoud Bensoossan, René Edmond Augonnet, Maurice Pocquet, Jean Oswald, Hippolyte Marques, Emile Dutilleul y Louis Maire, con finalidad de defender al gobierno español pero que, como era de prever, se transformó rápidamente en órgano de propaganda comunista”.
En la próxima entrega veremos varios nombres de comunistas extranjeros que intervinieron en este tráfico de armas, alguno de ellos asesinado por orden de Stalin. También veremos las mentiras de José Díaz sobre la “ayuda” soviética.
( I ).- Sobre el general Krivitsky recomendamos leer su obra “Yo, jefe del Servicio Secreto Militar Soviético”, 325 páginas, incluido ÍNDICE, Editorial NOS, Madrid, 1945. Este libro lo comentaremos próximamente.
Continuará.
Dentro del Capítulo III intitulado “La irresponsabilidad gubernamental”, destaca el apartado “La ayuda rusa”, página 144. Dice así:
“El plan estratégico de Stalin para la organización de los servicios de compras de material de guerra destinado a España, en Europa y en América, se puso en práctica en la primera quincena de octubre de 1936, si nos atenemos al testimonio de Krivitsky ( I ). El sistema adoptado fue simple y eficaz. En general, se utilizaban los servicios competentes de los clásicos traficantes de armas, de comerciantes sin escrúpulos o de elementos que simpatizaban con la República española o con los partidos comunistas y, en algunos casos, se crearon sociedades ficticias, explotando la venalidad de elementos bien caracterizados, entre los que destacaron turcos y griegos.
Por razones de utilidad y geográficas el centro de esta trama se estableció en París utilizando un servicio doble. Emile Dutilleul, tesorero del Partido Comunista francés, y el italiano Giulio Cerreti, se encargaron del tráfico de armas, estableciendo su cuartel general en la rue Vernet, junto a la oficina de la Comisión de Compras española, , y Eugène Frie y Maurice Tréand, de la recluta de voluntarios para las brigadas internacionales.
Seguidamente, establecieron una red de firmas de importación y exportación, en su mayor parte sufragadas por Negrín, o se utilizaron otras que ya funcionaban”.
En el párrafo siguiente aparecen los nombres de esas empresas que, si no nos equivocamos al contarlas, fueron 12. A continuación se lee:
“Posteriormente, Negrín financió la ‘Agence Espagne’, organizada y dirigida por el comunista checo Otto Katz. Igualmente, a principios de 1937, por mediación del Partido Comunista francés, que utilizó a un individuo llamado Bensoussan, financió un periódico con el título de ‘Ce Soir’, con un capital declarado de 1 millón de francos, cuyo Consejo de Administración estaba compuesto por los comunistas René Souillard, Emile Breugne, Massaoud Bensoossan, René Edmond Augonnet, Maurice Pocquet, Jean Oswald, Hippolyte Marques, Emile Dutilleul y Louis Maire, con finalidad de defender al gobierno español pero que, como era de prever, se transformó rápidamente en órgano de propaganda comunista”.
En la próxima entrega veremos varios nombres de comunistas extranjeros que intervinieron en este tráfico de armas, alguno de ellos asesinado por orden de Stalin. También veremos las mentiras de José Díaz sobre la “ayuda” soviética.
( I ).- Sobre el general Krivitsky recomendamos leer su obra “Yo, jefe del Servicio Secreto Militar Soviético”, 325 páginas, incluido ÍNDICE, Editorial NOS, Madrid, 1945. Este libro lo comentaremos próximamente.
Continuará.
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