Estos días estamos
revolviendo un poco en nuestra biblioteca y hemeroteca, y nos encontramos con una
frase del “gran timonel” Zapatero
pronunciada en su campaña electoral de 2.004: “Más gimnasia y menos religión” ¿Se acuerdan? La “memoria histórica”,
oiga, es la “memoria histórica”.
También decía que si ganaba
las elecciones, como así fue, reformaría la ley de “Calidad de la Enseñanza”.
El objetivo es el de siempre: el manido “la
religión es el opio del pueblo”.
La verdad es que no
entendemos la incompatibilidad entre gimnasia y religión, a no ser porque se
acepta el sofisma “ad verecundiam” marxista: lo dijo Blas, en este caso Marx,
punto redondo.
En esa reforma de la ley de
Calidad de la Enseñanza, no solamente se tumbó la religión, sino que
desaparecieron lo que se denominaba lenguas clásicas, es decir, latín y griego.
En
nuestros tiempos de bachillerato, no sólo hacíamos gimnasia, sino que
practicábamos el fútbol, el baloncesto, el balonmano y hasta el billar y el
ajedrez. Y estudiábamos latín.
La
juventud de ahora, que no tienen ni idea de latín y de otras muchas cosas, no
sabrán, por ejemplo, que los nacidos en Calatayud (antigua Bílbilis romana),
son bilbilitanos, y no calatayudenses, lo mismo que los nacidos en Cabra (antigua
Egabro romana) son egabrenses , y no cabrones.
No
les digo nada si les pone la frase “Mater
tua mala burra est”. Seguro que te espetan “tu madre es una mala burra”, en
vez de “tu madre come manzanas rojas”.
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