Como ya saben, el inicio del curso escolar está a la
vuelta de la esquina. Sobre el tema de la enseñanza y educación, ya hemos
comentado algo en este blog. Y seguimos, oiga.
Tal enseñanza y educación, si nos fijamos un poco, no existen,
ya que lo que verdaderamente impera es el adoctrinamiento, lo que supone la
ausencia de la libertad de enseñanza. Esta libertad es un antibiótico contra el
absolutismo y totalitarismo que están implantando esta banda de ineptos que nos
desgobiernan.
Pero, claro, el populismo, la demagogia y la
logomaquia para algo están. Se habla y se habla de gestión y de “regeneración
democrática”, pero en realidad tal educación y enseñanza están dentro de
los cuadros y cercos del Estado.
Los socialistas y comunistas tienen sus dogmas sobre
el tema. Así, los primeros hablan de la estatalización de la enseñanza, amén de
ser partidarios de un solo ciclo para todos los educandos, con un solo tipo de
escuela y con un solo programa con unos libros de texto únicos. Si a esto se
une que solamente tiene que haber una sola organización de educadores,
pertenecientes todos a un solo
sindicato, el asunto ya queda claro.
Subliminalmente quieren transmitir lo siguiente: si
todo es igual para todos, los despegos y disyunciones que obviamente se van a
producir, aunque de esto no se dice ni mu, solamente serán debidos a la
inteligencia y al trabajo. Pero como la cosa tiene su miga, se persigue que
nadie sea más inteligente ni más aplicado y estudioso que otros, oiga.
Seguro que estarán pensando cómo hacer que un educando
estudie si no quiere. Pues la cosa tiene bemoles: esto se conseguirá con la
actuación de unos educadores superdotados, que tendrán la misión de conseguir
que los más inteligentes estudien menos, para que no se distancien de los
demás. Es decir, oiga: hay que poner freno a la inteligencia.
En la próxima entrega veremos lo que dicen los
comunistas.
Continuará.
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