El título completo del libro es “Unión Soviética, comunismo y revolución en
España (1931-1939). Así fue. La historia rescatada”, autor Stanley G.
Payne, Editorial Plaza Janés 2003, 478 páginas incluido Índice Onomástico.
Como es sobradamente sabido, el
PCE fue, y es, un partido revolucionario. Según el momento y la ocasión
presentaba, y presenta, las tácticas más
ad hoc a sus fines, dato este ocultado por los “historieteros” de siempre. A
tal efecto, dentro del Capítulo 12 intitulado “Conclusión”, se lee en la página 373:
“Los historiadores –aún muy numerosos– que siguen
describiendo al PCE como una fuerza moderada sencillamente no han prestado
atención a las propias políticas del partido, claramente anunciadas”.
Por aquel
entonces, circulaba la propaganda de que la república era un “estado
soberano”. Esto es mentira, porque si
fuese así, no se hubiese entregado el oro a Moscú a cambio de armas, tanques,
aviones y “asesores”. El PCE tenía su plan pensando en la URSS y no en España.
En el citado
Capítulo, y en las páginas 389 y 390, se lee:
“Desde una perspectiva financiera, la empresa no
le costó nada a Stalin. De hecho, y dada su deshonesta contabilidad, es posible
que incluso obtuviera beneficios económicos. Además, la relación entre medios y
fines se abordó de manera sumamente eficiente. Prácticamente sin coste alguno,
sin emplear nunca a más de 3.000 militares y personal relacionado, y con una
pérdida en vidas humanas inferior a 200 (poco menos que insignificantes desde
el punto de vista de Stalin), la URSS ayudó a prolongar la resistencia
republicana durante dos años y medio, lo que permitió a los comunistas alcanzar
una posición predominante que, aunque incompleta, no tuvo entonces ni tendría
en el futuro parangón en ningún otro país de Europa occidental”.
La
manipulación soviética queda bien reflejada en el Capítulo 7 intitulado “La reacción soviética (julio-octubre
de1936)”, página 165. Se lee:
“La URSS fue la única potencia que había estado
interviniendo sistemáticamente en los asuntos españoles antes del inicio de la
Guerra Civil, manejando su propio partido político dentro del país y,
finalmente, alcanzando cierto éxito en ello”.
En la próxima
y última entrega seguiremos viendo los manejos soviéticos de la república.
Continuará.
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