miércoles, 18 de septiembre de 2024

¿Qué es el poder? ( y I I )


 

Como decíamos en la anterior entrega, estos del poder político, sean del partido y del régimen que sean, viven opulentamente de nuestros impuestos.

Lo peor del asunto es que, salvo alguna que otra excepción, son gente mediocre puesta a dedo por la jefatura. Y decimos mediocre, por no emplear otro calificativo inferior, porque les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos la verdadera democracia y la verdadera libertad, de las que hablan constantemente. De la “verdadera” libertad disfrutan ellos con sus viajes, vestimentas, lujosas mansiones y sus pléyades de “asesores”.

Por otra parte, y para justificar su status, se inventan problemas, lo que hace que la sociedad se resquebraje y se enfrente. Pero el manual, es el manual, oiga.

Y no hablemos ya del invento de las “autonomías”, auténticos reinos taifas, chiringuitos que sólo valen para despilfarrar dinero.

Además, y por otra parte también, si por cualquier circunstancia pierden unas elecciones, hacen todo lo posible por seguir aferrados al pesebre con sus momios y privilegios, es decir, grandes emolumentos, coches oficiales, dietas, secretarias, viajes, etc. No saben lo que es sacrificarse por un negocio, vivir con una indecente pensión, o hacer colas interminables en las oficinas del paro.

 Cuando son descabalgados de la poltrona, se dedican a meter miedo con insultos, descalificaciones, mentiras, embelecos, y demás artimañas del agitprop. Son así de badulaques, de belitres, de cenutrios, con una calígine mental propia de australopitecus y pitecántropos, que les hace comportarse como una cáfila, llevándoles muchas veces a estados catatónicos y ciclotímicos propios de frenópatas, todo ello producto de su grisura intelectual. Y todo, porque no pueden vivir sin la ubre. ¡Y aún se ríen estos “poderosos”!

 Pero claro, oiga, la “máquina del fango” y los “bulos” para algo están, aunque tal máquina la conduce bien Su Sanchidad, los mismo que los bulos y mentiras, es decir, los “cambios de opinión”.



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