viernes, 27 de septiembre de 2024

La máquina del fango ¿o del légamo?



 


Como ya sabrán, el Artículo 525 del Código Penal dice:

“1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican”.

“2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna”.

Dicho esto, este sujeto que tenemos en el desgobierno, y que un día visitó al Papa Francisco, ante su plan de “regeneración democrática”, quiere eliminar la protección sobre el tema religioso, con lo que dicho Artículo desaparecerá.

Como está sobradamente demostrado, la Justicia independiente y la libertad de expresión, son dos bases y sostenes de una verdadera democracia. El objetivo de dicha libertad de expresión es el de indagar, averiguar, descubrir, vigilar,  denunciar, etc, etc, cualquier injusticia, cualquier arbitrariedad, cualquier profanación, cualquier despotismo, etc, de los miembros, “miembras” y “miembres” que tienen la sartén por el mango, es decir, el poder, además de tener en cuenta los tribunales que todos, todas y “todes” somo iguales ante la Ley .

 Pero la “regeneración democrática” de Su Sanchidad, persigue lo contrario. La Ley aprobada en el Consejo de Ministros tiene por objeto acallar, silenciar, enmudecer, amordazar, etc,  a los “mass-media”, amén de asediar, hostigar y acosar a los jueces que averigüen, descubran e investiguen los delitos de corrupción

Viendo esto, y otras muchas cosas, ¿dónde está la “máquina del fango”, o mejor dicho, del légamo? Pues en la Moncloa, que es donde se forja, se inventa, se trama la sádica y bestial divulgación y expansión contra los “otros”.

Pero lo más “didimudo” del asunto es que Su Sanchidad enseñó dicha “maquina” en la Asamblea General de la ONU de estos días. Dijo lo siguiente:

"La democracia libra una batalla por su supervivencia. Y, seamos claros, no deja de ceder terreno ante sus enemigos. La democracia no puede aspirar a ganar esta batalla con una mano atada a la espalda porque se enfrenta a gente sin escrúpulos, activistas de la mentira, los bulos y el odio dispuestos a partir en dos las sociedades para imponer su agenda regresiva". No hacemos ningún comentario porque lo leído se comenta por sí solo.

En fin, más que fango es légamo.

Nota.- Lo destacado en rojo es nuestro.




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