Como ya sabrán, el Artículo 525 del Código Penal dice:
“1. Incurrirán en la pena de multa de ocho
a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una
confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante
cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o
ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican”.
“2. En las mismas penas incurrirán los que
hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan
religión o creencia alguna”.
Dicho esto, este sujeto que tenemos en el desgobierno,
y que un día visitó al Papa Francisco, ante su plan de “regeneración
democrática”, quiere eliminar la protección sobre el tema religioso, con lo
que dicho Artículo desaparecerá.
Como está sobradamente demostrado, la Justicia
independiente y la libertad de expresión, son dos bases y sostenes de una
verdadera democracia. El objetivo de dicha libertad de expresión es el de
indagar, averiguar, descubrir, vigilar,
denunciar, etc, etc, cualquier injusticia, cualquier arbitrariedad, cualquier
profanación, cualquier despotismo, etc, de los miembros, “miembras” y
“miembres” que tienen la sartén por el mango, es decir, el poder, además de
tener en cuenta los tribunales que todos, todas y “todes” somo iguales ante la
Ley .
Pero la
“regeneración democrática” de Su Sanchidad, persigue lo contrario. La Ley
aprobada en el Consejo de Ministros tiene por objeto acallar, silenciar,
enmudecer, amordazar, etc, a los
“mass-media”, amén de asediar, hostigar y acosar a los jueces que averigüen,
descubran e investiguen los delitos de corrupción
Viendo esto, y otras muchas cosas, ¿dónde está la
“máquina del fango”, o mejor dicho, del légamo? Pues en la Moncloa, que es
donde se forja, se inventa, se trama la sádica y bestial divulgación y
expansión contra los “otros”.
Pero lo más “didimudo” del asunto es que Su Sanchidad
enseñó dicha “maquina” en la Asamblea General de la ONU de estos días. Dijo lo
siguiente:
"La democracia libra una batalla
por su supervivencia. Y, seamos claros, no deja de ceder terreno ante sus
enemigos. La democracia no puede aspirar a ganar esta batalla con una mano
atada a la espalda porque se enfrenta a gente sin escrúpulos, activistas de la mentira, los bulos y
el odio dispuestos a partir
en dos las sociedades para imponer su agenda regresiva". No
hacemos ningún comentario porque lo leído se comenta por sí solo.
En fin, más que fango es légamo.
Nota.- Lo destacado en rojo es nuestro.
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