domingo, 26 de noviembre de 2023

“El libro negro de la nueva izquierda”


 

El título completo del libro es “El libro negro de la nueva izquierda. Ideología de género o subversión cultural”, autores Nicolás Márquez y Agustín Laje, Unión Editorial S.A., Madrid 2016, 285 páginas, incluida Bibliografía.

El libro consta de dos partes: la primera escrita por Agustín Laje, nos cuenta el origen del feminismo, y de lo que ahora se llama “ideología de género”. En la segunda, escrita por Nicolás Márques, se analiza la nueva táctica marxista-leninista-gramsciana del aborto y de la homosexualidad para lograr sus objetivos, metas y fines revolucionarios.

La primera parte, intitulada “Postmarxismo y feminismo radical”, consta de dos Capítulos intitulados “Del marxismo al postmarxismo”, páginas 23 a 42, y “Feminismo e ideología de género”, páginas 49 a 152.

La segunda parte, intitulada “Homosexualismo ideológico”, consta de siete Capítulos, todos ellos interesantísimos.

Dentro de la Primera Parte, en el Capítulo I I intitulado “Feminismo e ideología de género”, Agustín Laje hace referencia al libro de Ludwig Mises intitulado “Socialismo. Análisis económico y sociológico”, Madrid Unión Editorial, 2007, transcribiendo lo que se lee en las páginas 107 y 108:

“Mientras el movimiento feminista se limite a igualar los derechos jurídicos de la mujer con los del hombre, a darle seguridad sobre las posibilidades legales y económicas de desenvolver sus facultades y de manifestarlas mediante actos que corresponden a sus gustos, a sus deseos y a su situación financiera, sólo es una rama del gran movimiento liberal que encarna la idea de una evolución libre y tranquila. Si, al ir más allá de estas reivindicaciones, el movimiento feminista cree que debe combatir instituciones de la vida social con esperanza de remover, por este medio, ciertas limitaciones que la naturaleza ha impuesto al destino humano, entonces ya es hijo espiritual del socialismo. Porque es característica propia del socialismo buscar en las instituciones sociales las raíces de las condiciones dadas por la naturaleza, y por tanto sustraídas de la acción del hombre, y pretender, al reformarlas, reformar la naturaleza misma”.

Dentro de la segunda parte, en el Capítulo I intitulado “Comunismo y sodomía”, página 157, nos dice Nicolás Márquez:

“De los grupos sociales que el neocomunismo ha cooptado como banderín revolucionario para su renovada causa, se encuentra uno que paradojalmente la más ortodoxa izquierda tradicionalmente ha odiado, marginado, demonizado y confinado en campos de concentración todo cuanto pudo: la comunidad homosexual.

Por empezar, fueron los mismísimos ideólogos del comunismo histórico los que abominaron de la sodomía y el propio Friedrich Engels, en carta dirigida en 1869 a su amigo y camarada Karl Marx, sobre el problema homosexual se refirió en los siguientes términos: “Esto que me cuentas son revelaciones contra la naturaleza. Los pederastas comienzan a multiplicarse y a darse cuenta de que ellos forman un poder dentro del Estado. Sólo les faltaba una organización, pero según esto parece ya existir en secreto. Y como se están infiltrando en todos los viejos partidos e incluso en los nuevos, su victoria es inevitable. Por suerte, nosotros somos demasiado viejos para tener miedo de ver su victoria, y tener que rendir tributo en cuerpo a los victoriosos (¡!). Pero las nuevas generaciones… De cualquier modo, sólo en Alemania es posible que un hombre como éste aparezca y convierta el vicio en una teoría. Desafortunadamente, no es todavía suficientemente valiente para confesar abiertamente ser ‘eso’ y todavía tiene que operar de tapadillo. Pero espera a que el nuevo código penal del Norte de Alemania reconozca los ‘derechos de culo’, esto cambiará bastante. Hasta para pobre gente como nosotros, con nuestra infantil atracción por las mujeres, las cosas están yendo mal”.

 

Dentro de este Capítulo, el autor hace referencia al libro “Stalin, el tirano rojo”, autor Alvaro Lozano, libro al que ya hemos referencia en este blog, leyéndose en la página 159:

 

“Los campesinos considerados ignorantes y sucios, fueron objeto de campañas para convertirlos en ‘cultos’. Se les enseño a lavarse y a vestir elegantemente a la manera soviética, e incluso se realizó una campaña para que los hombres se afeitasen la barba. Una instrucción del Komsomol señalaba: ‘Lavarse los dientes es un acto revolucionario’. Fumar era considerado perjudicial para el ‘cuerpo soviético’. Un profesor, Nikolai Gredeskul, anunció la creación de hombres nuevos: serían ‘el hombre hermoso del futuro’, en parte obrero y en parte pensador. La guerra, sin embargo, exacerbó problemas latentes en la sociedad rusa, como el alcoholismo arraigado por las duras condiciones de vida. La orden de Stalin que veinticinco millones de hombres bebiesen un vaso de vodka diario durante cuatro años para elevar la moral, garantizó que la siguiente generación de rusos tuviese un claro referente alcohólico. En 1945 las ventas de vodka representaron el 38 % del comercio minorista.

 

El régimen impuso un nuevo rigorismo moral, como expresión de la ética proletaria del trabajo, y se prohibió la homosexualidad”

 

En fin, sin comentarios.

Recomendamos leer este magnífico libro. No tiene desperdicio.



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