martes, 18 de febrero de 2020

La mentira estatalizada



Hemos escrito varias veces en este blog sobre la mentira, que circula con toda impunidad dentro de los “muros de la Patria mía”. Vamos a dedicar unas líneas a la mentira estatalizada que, organizada y sistemáticamente, se divulga para que “el pueblo soberano tome conciencia”.

Dicha mentira, lanzada a los cuatro vientos por los “mass-media” más ad hoc al sistema, es propia de regímenes totalitarios, por mucho que nos digan que estamos en una democracia. Si así fuese, no habría censura, entendiendo por tal  las técnicas que se emplean para distorsionar e inventar la realidad para presentarla de acuerdo con lo que quiere el poder que, una vez alcanzado, tiene como primer objetivo el control y dominio de los citados “mass-media” para emponzoñar las fuentes de información que le puedan ser adversas.

Simón Bolívar decía hace más de cien años, concretamente en 1817, que “la primer de todas las fuerzas es la opinión pública”

Modestamente esto nos parece una tontería, porque si dicha opinión pública tiene informaciones erróneas, falsas, irreales o distorsionadas, ya me dirán ustedes las consecuencias catastróficas que esto puede traer.

Pero supongamos que efectivamente esa opinión pública esté realmente bien informada. Entonces a los medios del Estado no les interesará esto, y se verán obligados a actuar y  mentir. Y aquí es donde está el quid del asunto: la primera de todas las fuerzas ya no será la opinión pública, sino que, como dice Jean-François Revel en su obra “El conocimiento inútil”, Editorial Planeta, 2007, página 23, “la primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira”. Este libro lo hemos comentado en este blog con fechas 23 y 25 de enero de 2.017.

Como recordarán, en la época de Gorbachov se hablaba mucho de la “glasnost”. Pues bien, hasta en la traducción de esta palabra se mintió, ya que nos decían que significaba “transparencia”, e incluso “apertura”. La traducción exacta sería “publicación” o “divulgación”, es decir, en aquella época lo que se pretendía era sacar a la luz lo que era de dominio público y que estaba prohibido por el partido: la corrupción, el alcoholismo, la escasez y mala calidad de los alimentos y un largo etc. (Sobre este tema de la “glasnost” recomendamos leer los libros “La sonrisa de la perestroika”, autor Mateo Madridejos, Editorial Plaza&ampJanes Editores, S.A., 1988, y “Gorbachov, Mijail”, autor Christian Schmidt-Häuser, Editorial Gedisa, 1988, libros que comentaremos próximamente.

Autores como el citado Jean-François Revel, George Orwell, Solzhenitsin y un largo etc, han denunciado que la mentira es uno de los pilares de los regímenes totalitarios, especialmente del comunista, que sucumbió, entre otras cosas, precisamente por mentir. Es decir, los regímenes totalitarios desaparecen cuando son invadidos por la verdad. Lo mismo les puede suceder a las democracias cuando son invadidas por la mentira.

Y terminamos con unas frases pronunciadas por Lenin, José Díaz, secretario en su día del PCE y por el ex comunista Carlos Semprún Maura.

Decía Lenin:

“La mentira puede ser una buena arma revolucionaria”.

José Díaz: “Para que una mentira sea útil, debe parecer verdad”.

Carlos Semprún: “Quienes han convertido la mentira en dogma, quienes prácticamente siempre han hecho lo contrario de lo que han dicho, fueron los comunistas”.



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