viernes, 14 de febrero de 2020

Una visión de la ciencia



Probablemente la ciencia nunca haya gozado de tanto prestigio como en nuestros días porque, gracias a ella, se vive mejor y más tiempo. Sin embargo, los adelantos  nos están creando problemas y la gente parece que ya no confía tanto en lo científico.

Podemos decir que el progreso científico comienza en el siglo XVII y llega a su madurez durante el siglo XX, ya que en este siglo las conquistas  son espectaculares, abarcando prácticamente todos los campos y ramas: transportes, comunicaciones, longevidad, etc.

Este progreso científico llegó a obsesionar a mucha gente: el vocablo “ciencia” y el adjetivo “científico” empezaron a aplicarse a todo tipo de disciplinas y ramas del saber. Así, por ejemplo, se habla del socialismo “científico”, o del derecho como una “ciencia” jurídica e, incluso, la teología pasa a denominarse “ciencia” de la religión. Todo esto trajo como consecuencia que la gente al oir las palabras ciencia o científico, da por seguro la verosimilitud del tema tratado porque así lo dicen los “científicos”.  No hay  más que ver la ligereza con que se trata el tema del evolucionismo darwiniano, dándolo por seguro y “científico”, sin estar probado nada de la teoría y, en el noventa por ciento de los casos, sin haber leído el libro “El origen de las especies”.

Pero lo que en realidad ha hecho que la ciencia haya empezado a ensombrecerse ha sido el mal uso que se hizo de la energía atómica con la fabricación de bombas y los accidentes de las centrales nucleares, principalmente la de Chernobyl soviética. Este “progreso” científico también trajo el famoso agujero de la capa de ozono (según dicen) y la contaminación ambiental. Por otra parte, la ciencia no ha podido frenar la pandemia del sida, lo mismo que muchos tipos de cáncer y enfermedades.

Resumiendo: en estos momentos podemos decir que hay dos tendencias, no solamente opuestas, sino extremas. Por una parte están los “creyentes” en la ciencia con su fe inquebrantable, a la que atribuyen todo el progreso alcanzado por la Humanidad, considerándola como una fuente segura de conocimiento y precursora del “porvenir radiante de la Humanidad”. En la otra orilla están los que dicen y opinan que los avances científicos, presentan más inconvenientes que ventajas y claman por un mundo natural perdido ya que, según dicen, la tecnología está acabando con la naturaleza y puede acabar con el futuro.

En fin, probablemente la ciencia termine frustrando a sus incondicionales “científicos”, pero también hay que decir que la ciencia como tal, no es responsable de los males que se la achacan.  Y por otra parte, querer aplicar la ciencia con el mismo rigor a todos los campos, es una auténtica memez. Porque, vamos a ver: se puede predecir científicamente un eclipse, o la visión de un cometa (el Haley, por ejemplo). Pero lo que no se puede hacer es predecir científicamente el comportamiento de una entidad bancaria o de una nación. Es decir: lo que se dice de una ciencia, no es aplicable automáticamente a las demás.




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