miércoles, 12 de febrero de 2020

Gracias al capital



Los conceptos de proletario y burgués, se emplean a veces con una ligereza desternillante, y hacen que muchos se pongan bravos al aplicar dichos conceptos a determinadas personas, sobre todo cuando se califica a alguien de burgués.

La verdad es que los padres y dirigente del proletariado mundial fueron casi siempre, por no decir siempre, burgueses, que nunca trabajaron en el sentido de hoz y martillo, o en el de guadaña y llave inglesa, y que, en algunos casos, abandonaron el trabajo manual para transformarse en unos auténticos burócratas políticos. Sino que se lo pregunten a los Marx, Lenin, Mao Tse Tung, Fidel Castro, Largo Caballero, La Pasionaria, Carrillo y un larguísimo etc.

Mención especial merece el también judío Federico Engels, perteneciente a una riquísima familia propietaria de industrias textiles y de extensos terrenos de producción vitivinícolas. Su familia le envió a Inglaterra para hacerse cargo de las industrias. A partir de 1844, cuatro años antes de publicarse “El manifiesto comunista”, se hizo amigo del también judío Carlos Marx, quien vivió prácticamente a su costa. Engels aportó el dinero suficiente para que Marx pudiese publicar “El Capital”. Es decir: gracias al capital hay comunistas en el mundo.
¡Ah!, hemos visto pintadas de comunistas y socialistas que decían “¡Que trabaje Cascos!”, cuando éste era presidente de Asturias. No hemos visto ninguna que dijese “¡Que trabaje Areces!”, o “¡Que trabajen Méndez y Toxo”! A ver cuando vemos una que diga “¡Que trabaje Adrián Barbón”!, actual presidente asturiano y que, como ya sabrán, estuvo en su día en una manifestación del Orgullo LGTB celebrada en Gijón.



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