miércoles, 19 de febrero de 2020

“El origen de las especies” ( I )



Como es de sobra sabido, así se intitula el libro más importante escrito por Charles Darwin, Edicomunicación, S.A., año 2.001, 479 páginas incluido índice.

Esta obra de Darwin fue publicada en 1.859, suscitando todo tipo de comentarios y reacciones: seguidores y detractores, discutían entre sí sobre lo allí escrito.

En síntesis, su teoría de la evolución dice: “la vida comenzó por seres muy simples, y de éstos, por sucesivas transformaciones, se llegó a otros seres más complejos entre los cuales se halla, en último término, el ser humano”.

Aunque más tarde Darwin señaló la probabilidad de la aparición de seres vivos a partir de materia orgánica, jamás excluyó la existencia de un Primer Artífice Supremo. En la última página nos dice Darwin que “. . . la vida, con sus distintas facultades, fue originalmente alentada por el Creador . . .”

Asimismo, en la página 190 reconoce Charles, hablando sobre las especies: “en innumerables casos, nuestra ignorancia es muy amplia”.

Las teorías materialistas de aquel entonces, entiéndase el marxismo (Marx y Darwin fueron contemporáneos), para defender su doctrina se apropiaron inmediatamente de la teoría darwiniana, omitiendo y por lo tanto mintiendo, sobre lo que había dicho Darwin sobre el Primer Artífice Supremo.

Hemos hecho una pequeña encuesta entre amigos, conocidos y familiares. El resultado ha sido desolador: sólo dos personas, de las 98 encuestadas,  habían leído “El origen de las especies” darwiniano, manifestando que no habían entendido nada. El resto no lo habían leído. Aproximadamente la mitad de este resto no creían en la teoría de Darwin, y la otra mitad estaba convencida de que existía el evolucionismo creyendo a pies juntillas en el origen simiesco de la persona. Que cada cual saque sus propias consecuencias.

Darwin ignoraba una cosa importantísima: la existencia de los genes. Por tanto, hablar de origen de especies, de evolución, del poder del más apto, etc, etc, desconociendo este dato, hace que su teoría quede totalmente coja. Pero vayamos al grano.

La comunidad científica está dividida en dos bandos: los que opinan que la Creación es una obra planeada, producto de un Diseño Inteligente, y los que no lo creen, aduciendo unos razonamientos científico-materialistas no empíricos. Inmediatamente surge la pregunta: ¿es un hecho que la Creación sea producto de un Diseño Inteligente, o es una fábula? La pregunta también vale para el caso contrario: ¿es un hecho que sea producto de la materia solamente, o esto también es una fábula?,

Para tener una idea del asunto no queda otro remedio que recurrir a biólogos, antropólogos y científicos, es decir, recurrir a personas cuyos conocimientos estén basados en la experiencia. Si bien ésta muchas veces puede engañar, porque las cosas en algunas ocasiones no son como parecen, si se recurre al racionalismo también nos puede llevar a errores mayores, ya que los razonamientos, muchas veces, suelen estar basados en toda clase de sofismas, muchos de ellos intencionados, o ignorados. Sin embargo, el conocimiento empírico es el único que puede aportar algo sobre el asunto.

Continuará.



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