El juramento

Como ya sabrán, en el diario “El País” apareció recientemente un artículo en el que se criticaba y arremetía contra la tradición de que en España los ministros y presidentes juren su cargo ante la Cruz. Mucho hablar de democracia y de respeto, pero cuando se trata de la religión cristiana (de otras no se atreven a criticar), salen a la palestra como turbinas arremetiendo también con todo el poder mediático.

Por otra parte, cuando lo creen oportuno sacan a relucir la Constitución, pero cuando no les interesa callan como zorras, u omiten algún párrafo.

El Artículo 16.3 de la Carta Magna, dentro de la “Sección 1ª. De los derechos fundamentales y de las libertades públicas”, dice:

1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.

2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.

3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

Pues bien, el citado artículo del periódico solo cita “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”. Lo que sigue a continuación se omiten.

Como puede verse, la Constitución habla puntualmente de la Iglesia Católica, que es la religión de la mayoría de los españoles.

¿Acaso todas las fiestas que hay en España no están ligadas a la religión cristiana?

Si estos cristianófobos (no comprendemos muy bien cómo esta palabra no figura en el Diccionario de los “inmortales” de la RAE) son consecuentes, ¿por qué descansan y no trabajan los domingos, en Semana Santa o en Navidad, por ejemplo?

Otra cosa que no comprendemos tampoco es que estos “cristianófobos” quieran prohibir los símbolos religiosos en España, nación en la que hay libertad religiosa, y se callen como zorras también ante lo que sucede en los países musulmanes, en donde no se respeta dicha libertad religiosa, estando los poderes políticos y religiosos íntimamente ligados.

Tampoco comprendemos que los juramentos se hagan en presencia de eso que llaman rey ¿Qué méritos tiene este sujeto para jurar ante él? ¿Fue democráticamente elegido?