domingo, 5 de mayo de 2019

LXXX aniversario del fin de la Guerra Civil española ( V I )



II República: España sin libertad de prensa.

Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos más cierres y clausuras de periódicos durante los años  1.932 y 1.933.


1.932 

Durante el año 1932, se continúa en la misma línea. Así el 15 de enero es atacado en Valladolid el “Diario Regional”, por elementos izquierdista de la FUE. El 31 del mismo mes es multado el periódico segoviano “El Adelantado” por hacer un comentario sobre la retirada de un crucifijo en una escuela.

El 25 de febrero es suspendido el periódico “El Imparcial”.

El 11 de abril es suspendido el semanario mallorquín “Verdad y Justicia”

“El Times” de Londres publicaba un artículo sobre la política que estaba llevando a cabo Azaña. Decía así:

 “Desde que está en el poder el señor Azaña, no sólo ha hablado claramente, sino que ha obrado con resolución. El secreto de su éxito reside en el hecho de que es en la práctica, aunque no en teoría, casi un dictador. Actuando bajo la Ley de Defensa de la República, puede hacer lo que le plazca. Cuando los críticos se quejan de lo que hace, contesta que las Cortes pueden derogar la Ley cuando ellas quieran. . . Arresta arbitrariamente a personas que considera peligrosas y suprime periódicos hostiles . . .” .

El 19 de ese mismo mes de abril, son multados los periódicos “La Correspondencia”, de Madrid y “El Noticiero” de Zaragoza.

Al día siguiente son retiradas de la circulación por la policía las tiradas de los diarios “La Nación” y “Siglo Futuro”, corriendo la misma suerte el “Diario de Armería”.

En mayo es multado el “Diario de la Rioja”, y suspendido el diario balear “Verdad y Justicia”. El día 28 de este mismo mes, es secuestrada por el gobierno la edición de “ABC”.

El 15 de junio es multado el periódico segoviano “El Adelantado”. El día 23 también es multado “El Correo Catalán” y el día 28 vuelve a ser secuestrada por el gobierno la edición de “ABC”.

El 1 de julio son multados y clausurados “El Imparcial” y “El Tiempo”. En esos mismos días aparece un semanario catalán, “Notares Sols”, que incita a la rebelión y al separatismo. En un artículo dice:

“Mira hermano catalán: mira que cada día que pasa se acerca más la rebelión . . . ¡Hermanos, el momento de alzarnos contra esa raza despótica que nos tiraniza ha llegado ya!” . La agitación separatista no representaba ningún peligro para la seguridad de la República. Este tipo de prensa no se clausuraba ni se secuestraba por el gobierno.

El día 7 de julio es multado el “Correo de Lérida”, y suspendido indefinidamente “La Correspondencia”, de Madrid. El día 30 es suspendido en Sevilla “La Unión”. Este mismo día “El Socialista” publicaba un artículo atacando al Ejército, no siendo clausurado ni censurado.
El 18 de octubre el periódico de Lérida “El Correo” vuelve a ser multado.

El 20 del mismo mes vuelve el Times londinense a publicar un artículo con el título “Lo que sufre la prensa en España”. Decía lo siguiente:

“La petición presentada recientemente en Ginebra por uno de los representantes españoles en la Sociedad de Naciones, la señora de Palencia, periodista distinguida, señala que la próxima conferencia de prensa que se celebrará en Madrid, debe contribuir a llamar la atención internacional sobre la amarga suerte de la Prensa bajo la República . . .”

En noviembre, por el contrario, “El Socialista” hacía el siguiente comentario:

“Esto da gusto. España ha salido del marasmo y del quietismo. Ahora en España hay vida” . Sin comentarios.

1933

En el mes de abril de este año se crea la “Asociación de Amigos de la Unión Soviética”. A tal efecto, el periódico comunista francés “L’Humanité” publicaba lo siguiente:

“Hay que congratularse de la simpatía que todo lo soviético tiene en España, singularmente entre los intelectuales y burgueses . . . Grandes periódicos burgueses dedican sus editoriales a la creación de los Consejos de la Unión Soviética. Las gentes arrebatan de las manos las obras sobre la URSS . . . Todo esto es mentira, ya que tales periódicos burgueses eran multados, cerrados o clausurados por el régimen, como ocurrió con “La Vanguardia” de Barcelona que, a finales de junio, publicaba lo siguiente:

“Es inútil escribir, es inútil protestar. En Barcelona se asesina, se atraca, se roba, se coacciona, se colocan bombas, se pelea a tiro limpio en plena calle y se cometen a diario crímenes y desmanes” .

“El Daily Telegraph” londinense también se hacía eco de lo que pasaba en España. El 7 de julio publicaba lo siguiente:

“España deriva hacia la anarquía. Se ha batido un record de opresiones y atrocidades policiales. Solamente hay un partido político se le ha prohibido celebrar 172 mítines” .

También el “Daily Mail” comentaba:

“El terrorismo se ha hecho tan cotidiano en el pueblo, que ya la dinamita y las bombas no asustan a los españoles. El estado de España es caótico por la confusión política, social y económica, efecto de los años de desorden” .

No seguimos con los años siguientes porque sería muy pesado y repetir más de lo mismo.

El gobierno republicano se valía de un mecanismo legal para cerrar, multar o clausurar las distintas publicaciones. Consistía tal mecanismo en la denuncia que presentaba una autoridad, por ejemplo un Alcalde republicano, ante un fiscal. Las excusas, como ya decíamos en el primer artículo, eran por atentar contra la seguridad de la República. En la realidad se cerraban por los motivos más peregrinos. El artículo 34 de la Constitución republicana decía:

“Toda persona tiene derecho a emitir libremente sus ideas y opiniones, valiéndose de cualquier medio de difusión, sin sujetarse a previa censura. En ningún caso podrá recogerse la edición de libros o periódicos, sino en virtud del mandamiento judicial competente. No podrá decretarse la suspensión de ningún periódico, sino por sentencia firme”

Todo esto se quedaba en simple palabrería porque luego se aplicaba la Ley de Defensa de la República que prohibía difundir comentarios o noticias que indujesen a “quebrantar el crédito o perturbar la paz o el orden público”. Aquella sentencia firme no se aplicaba por igual a los distintos medios de comunicación, como ya es sabido. Además, una vez caducada la vigencia de la Ley de Defensa de la República en agosto de 1933, Azaña sustituyó esta Ley por la Ley de Orden Público, que volvía a vulnerar las libertades expresadas en la Constitución.

Continuará.





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