Si eres un perceptor monocular de la realidad porque deduces lo que te dicen que tienes que deducir;si te refugias o escondes en ideologías que impiden ver la realidad e intercambiar ideas; si tu meta no es la honradez intelectual; si crees en el pensamiento único y también crees en el dogma de las certezas; si te consideras poseedor de la “hybris intelectualista” y crees asimismo que tienes una visión privilegiada sobre el mundo, si todo esto eres y crees, no entres en este blog.
sábado, 18 de mayo de 2019
LXXX aniversario del comienzo de la II Guerra Mundial ( V I I I )
Hitler y Pío X II ( y I I ) Terminaremos este asunto con un artículo del
exmarxista y ateo Carlos Semprún Maura, publicado en Revista Digital el 2 de
marzo de 2.002. Dice así:
“Desde
luego, Costa-Gavras, su productor Claude Berri, y su guionista Jean-Claude
Grumberg se estarán frotando alegremente las manos por el escándalo que se ha
creado en Francia. Pero no solamente en torno a su película “Amen” con un
cartel donde la cruz cristiana se convierte en cruz gamada nazi. Supera
probablemente todas sus esperanzas. Publicidad masiva, negocio redondo. La
mentira comunista sigue siendo archirrentable. En Francia, curiosamente, se ha
vuelto a la "guerra religiosa" de hace decenios: la izquierda apoyando
la película e insultando al Papa Pío XII y a la Iglesia católica y la
derecha, defendiéndoles.
Tratándose
de una película, los ánimos están desorbitados absurdamente, pero bueno, la
película es lo de menos, salvo en cuestión de beneficios. Detrás de esta
polémica se disimulan mal muchas cosas. No pienso bajar a las alcantarillas
para discutir detalles soeces de todo este asunto. Apuntaré dos palabras, sin
embargo. ¿Quién de Roosevelt, Churchill y no hablemos ya de Stalin, sería
siniestramente cómico, denunció de forma tajante el Holocausto durante la Segunda Guerra
Mundial? Sin embargo, ellos tenían potentes ejércitos. El escándalo se produjo
esencialmente después de la guerra, cuando el horror (negado, ocultado o
desconocido) resultó evidente. Pío XII tampoco protestó, o no suficientemente,
se nos dice. Pero resulta que Golda Meier, que fue primera ministra de Israel,
rindió homenaje a Pío XII en la
ONU, en 1958. Y leo en Le Figaro del 26 de febrero: "En
el memorial de Yad Vachem, en el Valle de los Justos (en Israel, claro) se ha
plantado un árbol con el nombre de Pío XII". Lo cual demuestra que las
cosas no son tan negras, ni tan simplistas, como dicen Costa-Cavras y sus
innumerables hinchas. Me resulta bastante curioso, siendo ateo, sentirme obligado
a defender a la Iglesia
católica y a Pío XII. Pero es que para mí la verdad lo supera todo. Podré
equivocarme, pero no quiero mentir.
Evidentemente,
como ya dije, la historia de la
Iglesia católica y de sus papas conlleva intolerancia y
acciones repelentes, como la
Inquisición o su antisemitismo evidente en el pasado, también
podría remontarme más lejos y hablar de las guerras de religión y de las
masacres de protestantes, etc, pero todo ello la propia Iglesia lo ha criticado
abiertamente (demasiado, según algunos católicos) y ha cambiado mucho. No
siempre para bien si pensamos en esos nuevos engendros del cura-guerrillero, el
cura-comunista o en muchos aspectos mortíferos de la "teoría de la
liberación" y otros aquelarres.
Pero
esto no es lo esencial. En la polémica actual, algunos, más sinceros o más
ingenuos, proclaman que el pecado mortal de Pío XII y de la Iglesia católica es el de
haber sido anticomunistas. Y aquí está el meollo de la cuestión y de la, hasta
cierto punto, misteriosa influencia de la ideología totalitaria, después del
rotundo y sangriento fracaso del comunismo. Al Papa actual, Juan Pablo II,
intentaron asesinarle mediante un joven turco, manipulado por los servicios
búlgaros a las órdenes del KGB, por su anticomunismo, pero a finales de la II Guerra Mundial e
inicios de la guerra fría, el movimiento comunista internacional, (estados y
partidos, primera potencia mundial) lanzó la idea sencilla, en seguida popular
y totalmente embustera, de que no se podía ser anticomunista sin ser nazi o
fascista. "Los anticomunistas son unos perros", afirmaba el
políticamente imbécil Sartre. Pío XII al ser anticomunista solo podía ser un
nazi y un antisemita, y se lanzó una campaña de infundios, mentiras y
exageraciones, recogidas ahora en Amén, inspirada en El Vicari. El
mismo tipo de propaganda gigantesca y mentirosa había comenzado antes, por los
años treinta, época de los Frentes Populares y de nuestra guerra civil, en la
que los trotsquistas eran "hitlerianotrotsquistas" y el POUM, como
trotsquista, no lo era, pero dicha propaganda no se detenía en esos detalles,
merecían sus dirigentes ser fusilados como agentes de la "quinta
columna". Cosa que no lograron, salvo en el caso del valiente y mediocre
Andrés Nin, torturado a muerte. Pero sus compañeros fueron detenidos y su
partido disuelto. Inmediatamente después vino el Pacto nazi-soviético, que no
fue un pacto de no agresión, sino de colaboración activa en Polonia, en los
países bálticos, en infinidad de acciones represivas llevadas a cabo conjuntamente
con la movilización de los PC a favor del nazismo (detalle muy olvidado). Así,
hasta que la locura guerrera de los nazis, y de Hitler en primer lugar, les
lanzara a la conquista de la URSS,
en junio de 1941.
Todas
las operaciones de agit-prop contra el Papa, y contra todos los
anticomunistas (fueran estos católicos o ateos, de cierta ultra izquierda o
demócratas liberales) tenían también como objetivo borrar esa activa
colaboración entre la
Alemania nazi y la
URSS, que duró de 1937 (entonces aún solapada) hasta 1941.
Después de la guerra, el prestigio de la URSS, y del propio Stalin, fueron tremendos, muy
pocos se atrevían a denunciar la realidad del totalitarismo y su Gulag, y era
relativamente fácil por entonces denunciar a los anticomunistas como nazis,
cuando el nazismo había sido liquidado militarmente. Así también podía
escamotearse el verdadero antisemitismo de Stalin y de un sector considerable
del movimiento comunista que no se manifestaba "de boquilla", como
uno lo verifica a diario, sino con dura represión policíaca y deportaciones
masivas.
Otro detalle ocultado: en la URSS,
como en la Europa
del Este sojuzgada por Moscú, se borró toda memoria del Holocausto.
Oficialmente, la masacre de millones de judíos no había existido. La asignatura
pendiente seria entender por qué hoy, cuando la URSS se ha hundido, el nazismo ha sido
radicalmente aplastado y la
Iglesia católica ha pronunciado su "mea culpa",
vuelven, no sólo Costa-Gavras, sino casi toda la prensa de izquierdas, a la
vieja propaganda de la Internacional Comunista, rebautizada por Stalin
como Kominform con la antigua estafa según la cual no se puede ser
anticomunista sin ser fascista. Ni siquiera le veo un interés partidista
electoral, ya que en eso se está en Francia, porque son muchos los católicos
que votan à gauche ”
También conviene recordar que en 1965, los
delegados soviéticos en la ONU
se opusieron con toda su rabia a que la Declaración de los Derechos Humanos incluyera la
condena a la judeofobia, lo que implicaba que matar judíos no constituía
ninguna violación. Por otra parte, los soviéticos propusieron que la citada
Declaración condenara como crímenes raciales el sionismo y el racismo. Continuará.
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