II República: España sin libertad de prensa.
A pesar de que
La suspensión de tales medios era, simplemente, por ser derechistas o críticos con la política del gobierno ¿Qué entendían por libertad y democracia el señor Azaña y sus colaboradores?
Cuando en Agosto de 1932 el
general Sanjurjo intentó un golpe de estado sin apoyos, Azaña cerró ciento y
pico periódicos. La mentira que se esgrimió fue que tales diarios habían
incitado a la rebeldía, cuando la realidad era que ninguno de ellos había
publicado ni una triste noticia incitando a tal levantamiento. El odio y la
venganza del alcalaíno queda reflejado en las palabras que le dijo al director
General de Seguridad: “Tráigame muchas
gorras de plato agujereadas”.
El periodista Manuel Bueno
decía en 1934 que “el señor Azaña empezó
a sentir ese mareo especial que se apoderaba del hombre al contacto del primer
éxito, sea en amor, en política o en arte. Los espíritus fuertes se sobreponen
fácilmente a los efectos de ese fenómeno y recobran, con la lucidez crítica, la
visión exacta de las cosas. Los soberbios se dejan vencer por él, se
desolidarizan de todo lo que les rodea y se sitúan de un salto en la región de
la infalibilidad, que es el ambiente familiar de los dioses”.
El 15 de abril de 1931, un
día después de haberse proclamado la República , es asaltado y destrozado en Málaga el
periódico “La Unión Mercantil”, así
como el diario católico de Las Palmas “El
Defensor”.
No ocurría lo mismo con los
periódicos “Heraldo de Madrid” y “La Voz” . El primero decía que los
frailes de la Flor
“habían disparado contra los obreros”,
con lo que se pretendía justificar la reacción del pueblo para incendiar los
conventos y edificios religiosos. El segundo diario comentaba que ocurrido no era “más que una maniobra monárquica
aprovechada por los elementos enemigos del régimen”. Otros periódicos
comentaban que un comité monárquico “compuesto
por gentes adineradas y por canónigos, se habían dedicado a repartir hojas
subversivas para excitar al pueblo a destruir los edificios religiosos,
complicando su programa con anónimos a los conventos y casas particulares”.
Por otra parte “El Socialista” afirmaba: “La reacción ha visto ya que el pueblo está
dispuesto a no tolerar. Han ardido los conventos: esa es la respuesta de la
demagogia popular a la demagogia derechista”.
Pero el cierre y censura
continuaban. Así “El Debate” fue
cerrado una semana y el “ABC” estuvo
un mes sin salir a la calle.
La campaña anticlerical del
gobierno es denunciada por varios diarios como “La Gaceta del Norte”, de Bilbao, que fue incendiado el 10 de
agosto de 1931. Ese mismo mes son cerrados y clausurados los siguientes
periódicos: “El Día” y “Easo” de San Sebastián; “El fusil”, “Esperanza”, “Euzcadi”, “La
Tarde”, así como el semanario católico “Adelante”,
todos de Bilbao.
En Pamplona son cerrados y
clausurados también los periódicos “Diario
de Navarra”, “Pensamiento Navarro” y “Tradición
Navarra”, durante el mes de agosto. Lo mismo les sucedería a “El Tradicionalista” de Valencia, a “La Unión de Sevilla” y al “Diario de la Rioja” de Logroño.
Sin embargo, la prensa
republicana, sí que continuaba con ataques que ponían en peligro la seguridad
de la República. Así ,
en “Solidaridad Obrera” se podía leer
el 1 de julio de 1931: “Andalucía debe
alzarse en plan de guerra, franca y abiertamente . . . La dictadura
republicana, obstaculizará con todos los medios crueles que están a su alcance
. . .” . El mismo periódico publicaba el 1 de agosto lo siguiente: “los republicanos y socialistas fueron
cobardes ante la revolución . . . Desde ahora sabemos que las Cortes
Constituyentes están contra el pueblo” .
Se llevaban cuatro meses de
República y la situación idílica que nos quieren vender ahora los
historieteros, brillaba por su ausencia: ni había paz, ni libertad, ni
democracia. Pero sigamos con la libertad de prensa.
En septiembre de 1931, es
cerrado en Tolosa el semanario “Tradición
Vasca”, lo mismo que el bilbaino “Eizcaltarra”,
así como también “La Cruz” de San
Sebastián
Durante este mismo mes son
suspendidos y clausurados por ser procatólicos el periódico madrileño “El Siglo Futuro”, así como el también
bilbaíno “Libertad Vasca”.
También en septiembre el
diario “El Defensor” de Las Palmas y
el conquense “El Centro”, sufren las
consecuencias de la censura republicana, lo mismo que el madrileño “La Correspondencia Militar”.
Ante tanta censura y arbitrariedad,
Ortega y Gasset, el 9 de septiembre de 1931 publica en el periódico “Luz” lo siguiente: “Una cantidad inmensa de españoles que
colaboraron al advenimiento de la
República con su acción, con su voto o con lo que es más
eficaz que todo eso, con su esperanza, se dicen ahora, entre desasosegados y
descontentos: ¡No es esto!, ¡no es esto!”
En octubre se suspende el
periódico “Ejército y Armada”. Son
multados “El Correo Catalán” y el
valenciano “El Tradicionalista”, lo
mismo que “El Noticiero Bilbaino”, “El Noticiero Granadino”, “Nervión”, “Tradición
Vasca”. El día 26 fue retirada la edición de “Euzcadi”. Igual suerte corrió “El
Pueblo Vasco”.
En noviembre es detenido el director
del “Correo Catalán”.
Todo esto ocurrió durante los
siete primeros meses de la República. En la próxima entrega seguiremos viendo
el cierre y supresión de periódicos duran los años 1932 y 1933.
Continuará.
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