La
mayor parte de los “artiscejos zetapedos”, los José Sacristán, Marisol, Ana
Belén y sobre todo Víctor Manuel, han salido del armario ideológico después de
la muerte de Franco, a pesar de, como hizo alguno, haberle dedicado una canción.
Nos
quieren vender la moto ahora con lo de que eran tipos de izquierdas que habían
luchado subrepticia y clandestinamente contra el régimen.
Algunos
de ellos nos quieren transmitir que tuvieron que “disimular” lo habido y por
haber para poder “sobrevivir”. Incluso, dicen algunos, tuvieron que interpretar
y representar papeles que iban contra su voluntad y contra sus ideas políticas,
a la sazón desconocidas.
De
lo que no dicen nada es que al final de los rodajes de películas, o de
interpretaciones teatrales, pasaban sus suculentas minutas para poder
“sobrevivir”. Había que disimular, oiga.
Es
bueno y muy interesante ver películas de estos paniaguados “zetapédicos” de
aquel entonces, porque nos daremos cuenta de que son unos auténticos travestis,
política y económicamente hablando.
En
fin, sea como fuere, hay que reconocer en esta gente su habilidad para
adaptarse a las ideologías sin un rasguño y sin el menor riesgo, así como su
destreza para engrosar su cartera, sea en una u otra circunstancia.
Pero
lo que les hace ser unos babosos chaqueteros es que pretendan olvidarse de sus
suntuosas vivencias para “recuperar una memoria histórica” muy a la medida y
muy “ad hoc” a esos olvidos personales.
Pinchen
para ver el vídeo.
¡Ah,
la “memoria histórica”!
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