El Papa y el Islam ( I )

Como ya sabrán, el Vaticano publicó el 26 de noviembre de 2013 una Exhortación Apostólica del actual Papa Francisco, intitulada “Evangelii Gaudium”, Alegría del Evangelio. De este texto destacaríamos, a nuestro modesto juicio, el Capítulo IV, que lleva por título “La dimensión social de la evangelización”, y dentro de éste el título “El diálogo interreligioso”, párrafo 253, que figura en el apartado I V, y que dice así:


"Para sostener el diálogo con el Islam es indispensable la adecuada formación de los interlocutores, no sólo para que estén sólida y gozosamente radicados en su propia identidad, sino para que sean capaces de reconocer los valores de los demás, de comprender las inquietudes que subyacen a sus reclamos y de sacar a luz las convicciones comunes. Los cristianos deberíamos acoger con afecto y respeto a los inmigrantes del Islam que llegan a nuestros países, del mismo modo que esperamos y rogamos ser acogidos y respetados en los países de tradición islámica ¡Ruego, imploro humildemente a esos países que den libertad a los cristianos para poder celebrar su culto y vivir su fe, teniendo en cuenta la libertad que los creyentes del Islam gozan en los países occidentales! Frente a episodios de fundamentalismo violento que nos inquietan, el afecto hacia los verdaderos creyentes del Islam debe llevarnos a evitar odiosas generalizaciones, porque el verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia".

Haciendo uso del derecho que a todo cristiano confiere el Canon 212 del Código de Derecho Canónico, que fomenta y recomienda, como decía Pío X I I, la opinión pública dentro de la Iglesia, vamos a hacer algún comentario sobre el párrafo anterior, no sin antes transcribir lo que dice el citado Canon 212:

“Todos los fieles tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas”.

Por tanto, ¿habrá algo más interesante para el “bien de la iglesia” que la historia de la misma Iglesia y la de sus enemigos? Para empezar diremos que los cristianos no solamente no son acogidos “en los países de tradición islámica”, sino que son vilmente asesinados, a la vez que se incendian y se queman iglesias como es de sobra sabido, cosas que no hacemos nosotros con los islamistas. Pedir reciprocidad es poco menos que pueril.

Los “verdaderos creyentes del Islam”, obviamente creen en El Corán que, como ya es sabido también, rezuma odio, venganza, violencia y discriminación de la mujer por los cuatro costados. Además, como el citado Corán es una copia exacta de la que existe en el Paraíso, es intocable e inmutable.

Por otra parte, ¿no se acuerda este Papa cuando los islamistas pidieron la cabeza de Benedicto XVI, con motivo de un discurso que pronunció referente a un debate del siglo XIV? ¿Tampoco se acuerda del vil asesinato de la monja católica Leonella Sgorbia en Somalia? ¿Tampoco se acuerda, asimismo,  de las palabras de un clérigo musulmán cuando dijo: 

"Quienquiera que ofenda a nuestro Profeta Mahoma debe ser asesinado en el momento por el musulmán más cercano”? ¿No se acuerda también del vil asesinato del sacerdote católico Andrea Santero perpetrado por un islamista?

¿Tampoco se acuerda de Oriana Fallaci que, poco antes de morir, recibió varias amenazas de muerte por parte de la Unión Musulmana de Italia, por “injuriar y vilipendiar al Islam”, cuando en realidad lo que hizo fue denunciar el fundamentalismo y el fanatismo islámico en sus libros “La rabia y el orgullo” y “La fuerza de la razón”? Conviene recordar aquí un párrafo de Oriana dicho poco antes de fallecer:

“El odio a Occidente se extiende como el fuego alimentado por el viento. El choque entre ellos y nosotros no es militar. Es cultural, es religioso, y lo  peor está aún por venir”.

Vean el siguiente vídeo ¿Lo habrá visto el Papa? 

Continuará.