Una de las falacias más políticamente correctas es la del “enriquecimiento cultural” que, no obstante, encubre un empobrecimiento de dos tipos: el cultural propiamente dicho y el moral.
No hay nada más que ver las consideraciones que se hacen en Cataluña, Galicia, Vascongadas, Andalucía, etc, sobre su propia historia, historia que cuenta con una buena dosis de invención, y a la que se la considera de mayor importancia que la de España, sin tener en cuenta, o sin saber, que probablemente la misma historia de Europa hubiese sido otra si no hubiese existido esta España que tanto odian
Por otra parte, y esto ya de forma oficial desde el gobierno central, se promociona y se potencian las lenguas vernáculas que, digámoslo sinceramente, son tan sólo habladas por unas minorías si las comparamos con la lengua madre que es la que entienden y con la que se comunican todos los españoles, incluidos los catalanes, aunque éstos, de forma parsimoniosa pero segura, se consideren cada día más extranjeros por mor y voluntad de unas minorías separatistas, que son las que se van imponiendo. Y no se dan cuenta que negando a España lo que están haciendo es renunciar a Europa.
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