Cualquier
argumento, cualquier descubrimiento,
cualquier invento es válido para tratar de marginar a la religión. Y si de lo
que se trata es de llegar a la “verdad” a base de usar métodos “rigurosos” y
“científicos”, empleando “razonamientos” sólidos, entonces el asunto ya requiere poca explicación.
Ya
en la Edad Moderna, probablemente Descartes haya sido el que de una manera más
o menos insistentemente haya usado el método para llegar a la “verdad” de las
cosas con razonamientos “sólidos”, como decíamos antes.
Decía
el francés en su “Discurso del método”
que no bastaba estar en posesión de un buen entendimiento, sino que lo
principal era aplicarlo bien ¿Bien? ¿Para qué? ¿Para conseguir algún objetivo político,
u otro de otra clase, que nada tiene que ver con la búsqueda de la verdad?
El
mismísimo Descartes erró en su famosos entimema “Pienso, luego existo”. Una piedra, un asno, una flor, etc, etc,
también existen, pero no piensan. Sin comentarios.
Después
están los falsos silogismos, sorites, sofismas, etc, etc, que llevan a
conclusiones erróneas, sobre todo cuando los temas que se tratan son un tanto
abstrusos. Unos ejemplos sencillos podrían ser:
Todos
los madrileños, son españoles. Algunos españoles son gallegos, luego algunos
gallegos son madrileños
La
rosa es un vegetal; el vegetal es un ser
vivo; el ser vivo tiene alma, luego la rosa tiene alma.
La
calle está mojada, luego es que ha llovido. Falso. Puede estar mojada por varios
motivos
Pero, claro, oiga, como las ciencias “avanzan
que es una barbaridad”, fueron apareciendo los “pensadores químicos”,
generalmente pedantes infumables marxistas que se autoconvencieron de que cada
vez que la ciencia descubría algún secreto de la Naturaleza, ya fuese de tipo
biológico o cósmico, la religión quedaba postergada y sin nada qué decir.
Estos pedantes marxistas (conocimos a uno que
decía de sí mismo “tengo mucho de
científico”) son incapaces, por mucho racionalismo que usen, falso la
mayoría de las veces, de explicar la inteligencia humana ¿Cómo se explica que
el cerebro humano con sus 1.300 gramos de peso aproximadamente, esté
constituido por 100.000 millones de neuronas a las que llegan la información
por medio de millones de axones milagrosamente comprimidos y empaquetados en el
nervio óptico?
Es decir, pretender dar una explicación de la
inteligencia por “procedimientos químicos” o biológicos, nunca tendrá nada de
científico
Y
terminamos con una frase de don Gregorio Marañón:
"La ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá
nunca explicarlo todo. Cada vez ganará nuevas zonas a lo que hoy parece
inexplicable. Pero las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se
eleven, tendrán siempre delante un infinito mundo de misterio."
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