domingo, 6 de enero de 2019

"El pueblo más culto de América Latina"



Como hay que “celebrar” el sexagésimo aniversario de la dictadura castrista, vamos a ello, “recuperando la memoria histórica”.

Dice la propaganda comunista del “modelo referencial”, es decir, de Cuba, que este país tiene el “pueblo más culto de América Latina”. Una vez más, otra mentira monstruosa.

A Pablo López, pianista del Ballet Nacional de Cuba, le preguntaron en cierta ocasión qué opinaba sobre la cultura del régimen castrista. Su respuesta fue contundente:

“La cultura cubana es un calco de su sistema político. Es una cultura unipersonal. Hay un solo dictador, un solo pintor, un solo pianista, un solo bailarín. Los demás no cuentan para nada. Todo depende de hacia dónde apunte con su dedo el ministro de Cultura”. Declaraciones hechas por el pianista al periódico “La Nueva España” el 28 de julio de 1.991.

Decía Unamuno que “la libertad que hay que dar al pueblo es la cultura”. Creemos que esta frase lo dice todo, aunque este pensamiento universal en Cuba no cabe. La justicia cubana penaliza a “los colaboradores con emisoras de radio, periódicos, revistas y otros medios de difusión masiva que vayan contra la seguridad del Estado. La Ley de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba considera conductas delictivas “el suministro, búsqueda u obtención de información y la introducción en el país de materiales subversivos, su reproducción o difusión”.
Abundando en este tema, veamos lo que dice la escritora cubana Zoé Valdés, recogidas por el diario “El País” el 28 de junio de 1.999:

“De los libros de texto para las escuelas y la enseñanza a las nuevas generaciones, desaparecieron una enorme cantidad de nombres ilustres y de hechos históricos que en buena lid desvirtuaban y ganaban en importancia al movimiento revolucionario”.

Otra escritora cubana, Elena Cruz Varela, dice que “quien ame la libertad jamás podrá entender lo que sucede en mi isla”. (“La Nueva España”, 4 de julio de 1.999).

El Día de la Libertad de Expresión, que normalmente se celebra el día 3 de mayo, el Comité para la Protección de los Periodistas publicó una lista de los diez peores enemigos de la prensa, siendo por enésima vez el régimen castrista el que figura entre los primeros. En el informe de este año 2.011, se lee que tanto Irán como Cuba “destierran a sus periodistas críticos”.

En el informe de dicho Comité correspondiente al año 2.000 se lee que el régimen castrista “continúa atacando al periodismo independiente a través de interrogatorios y la detención de periodistas, controlando y obstaculizando sus comunicaciones telefónicas, impidiendo su libre desplazamiento y decretando arrestos domiciliarios que les impiden atender actos políticos o religiosos. (LNE, 3 de mayo de 2.000).

Jean-François Revel, historiador y crítico cultural, decía a la pregunta de cómo sería una cultura auténticamente democrática, responde:

“La cultura en la democracia consiste no en organizar manifestaciones de histeria colectiva, sino en permitir el mayor número posible de individuos alcanzar un juicio personal, elaborado e independiente. Crear siempre más individuos autónomos con su gusto personal, su propio juicio, con una cultura propia. Hay que releer a Ortega y Gasset. Los fenómenos de masa no buscan calidad”. (“Diario 16”, 28 de octubre de 1.992).

Obras y escritos de Groucho Marx, Carl Sagan, Stephen King, John Steinbeck, etc., no se permiten en Cuba porque tienen “intenciones subversivas”. También fue prohibida una serie de dibujos animados argentinos protagonizada por un muñeco, “Didu”, que fue tachado de capitalista, lo mismo que los personajes de Walt Disney. Tarzán está prohibido por “colonialista y racista”. Superman por imperialista.

¿Cómo puede haber cultura en un país en donde el partido comunista, único, ha penetrado en todas las instituciones, transformando y limitando todos los medios de comunicación? Desde la óptica marxista-leninista, todo esto es lógico. Lenin creó en su día el Departamento de Agitación y Propaganda – Agitprop – con el que el arte, la cultura, la educación y los medios, quedaron subordinados al sistema.

Otro aspecto curioso son las tribunas abiertas y las “mesas combatientes”, que son obligatorias una vez a la semana. En estos “eventos”, en vez de exponer y contrastar ideas, solamente sirven para confirmar el “apoyo colectivo e incondicional al gobierno”.

Otro grifo cerrado a la cultura, es la negativa del gobierno cubano a que el pueblo pueda acceder libremente a Internet. La organización Reporteros sin Fronteras publicó un informe intitulado “Internet vigilado. Las trabas a la circulación de la información en la Red”. Dentro de este informe hay un capítulo dedicado a Cuba (“Cuba: Internet bajo vigilancia”) en el que se puede leer: “acceso sometido a permisos y un racionamiento de los equipos necesarios, Internet es un fenómeno limitado y bajo severa vigilancia y accesible sólo a personas autorizadas”. En el decreto-ley número 209 de 1.996, promulgado por el gobierno cubano intitulado “Acceso desde la República de Cuba a la red informática global”, dice que “no se puede utilizar violando los principios morales de la sociedad cubana y los textos legales del país. Los mensajes electrónicos no deben comprometer la seguridad nacional”.

A pesar de todas estas restricciones el ministro cubano de Informática y Comunicaciones, tuvo el cinismo de decir en su día que el “uso social que se le da en la isla es el más democrático y masivo de todos los países del Tercer Mundo”.

El escritor cubano Antonio José Ponte, ha denunciado la hipocresía cultural del régimen castrista, manifestando: “La prohibición del Internet pretende hacer creíbles las páginas que conforma el diario oficial “Granma”. Las noticias del exterior llegan a la vida cubana filtradas y tergiversadas por los 3 o 4 periodistas que reúnen sus aburrimientos cada tarde en mesas redondas televisadas”. Y continúa: “Es un espectáculo hipócrita que en un país de gobierno inamovible se promuevan cientos de páginas digitales cuando el ciudadano cubano no tiene libre acceso a Internet”.

¿Es este el “modelo referencial” que defienden algunos ínclitos políticos?



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