Como hay que “celebrar” el sexagésimo aniversario de la
dictadura castrista, vamos a ello, “recuperando la memoria histórica”.
Dice la
propaganda comunista del “modelo referencial”, es decir, de Cuba, que este país
tiene el “pueblo más culto de América Latina”. Una vez más, otra mentira
monstruosa.
A Pablo
López, pianista del Ballet Nacional de Cuba, le preguntaron en cierta ocasión
qué opinaba sobre la cultura del régimen castrista. Su respuesta fue
contundente:
“La
cultura cubana es un calco de su sistema político. Es una cultura unipersonal.
Hay un solo dictador, un solo pintor, un solo pianista, un solo bailarín. Los
demás no cuentan para nada. Todo depende de hacia dónde apunte con su dedo el
ministro de Cultura”. Declaraciones hechas por el pianista al periódico “La
Nueva España” el 28 de julio de 1.991.
Decía
Unamuno que “la libertad que hay que dar al pueblo es la cultura”. Creemos que esta frase lo dice todo, aunque
este pensamiento universal en Cuba no cabe. La justicia cubana penaliza a “los
colaboradores con emisoras de radio, periódicos, revistas y otros medios de
difusión masiva que vayan contra la seguridad del Estado”. La Ley de Protección de la
Independencia Nacional y la Economía de Cuba considera conductas delictivas “el
suministro, búsqueda u obtención de información y la introducción en el país de
materiales subversivos, su reproducción o difusión”.
Abundando
en este tema, veamos lo que dice la escritora cubana Zoé Valdés, recogidas por
el diario “El País” el 28 de junio de 1.999:
“De los
libros de texto para las escuelas y la enseñanza a las nuevas generaciones,
desaparecieron una enorme cantidad de nombres ilustres y de hechos históricos
que en buena lid desvirtuaban y ganaban en importancia al movimiento
revolucionario”.
Otra
escritora cubana, Elena Cruz Varela, dice que “quien ame la libertad jamás podrá
entender lo que sucede en mi isla”. (“La Nueva España”, 4 de julio de 1.999).
El Día
de la Libertad de Expresión, que normalmente se celebra el día 3 de mayo, el
Comité para la Protección de los Periodistas publicó una lista de los diez
peores enemigos de la prensa, siendo por enésima vez el régimen castrista el
que figura entre los primeros. En el informe de este año 2.011, se lee que
tanto Irán como Cuba “destierran a sus periodistas críticos”.
En el
informe de dicho Comité correspondiente al año 2.000 se lee que el régimen
castrista “continúa atacando al periodismo independiente a través de
interrogatorios y la detención de periodistas, controlando y obstaculizando sus
comunicaciones telefónicas, impidiendo su libre desplazamiento y decretando
arrestos domiciliarios que les impiden atender actos políticos o religiosos”. (LNE, 3 de mayo de 2.000).
Jean-François
Revel, historiador y crítico cultural, decía a la pregunta de cómo sería una
cultura auténticamente democrática, responde:
“La
cultura en la democracia consiste no en organizar manifestaciones de histeria
colectiva, sino en permitir el mayor número posible de individuos alcanzar un
juicio personal, elaborado e independiente. Crear siempre más individuos
autónomos con su gusto personal, su propio juicio, con una cultura propia. Hay
que releer a Ortega y Gasset. Los fenómenos de masa no buscan calidad”.
(“Diario 16”, 28 de octubre de 1.992).
Obras y
escritos de Groucho Marx, Carl Sagan, Stephen King, John Steinbeck, etc., no se
permiten en Cuba porque tienen “intenciones
subversivas”. También fue prohibida una serie de dibujos animados
argentinos protagonizada por un muñeco, “Didu”, que fue tachado de capitalista,
lo mismo que los personajes de Walt Disney. Tarzán está prohibido por
“colonialista y racista”. Superman por imperialista.
¿Cómo puede
haber cultura en un país en donde el partido comunista, único, ha penetrado en
todas las instituciones, transformando y limitando todos los medios de
comunicación? Desde la óptica marxista-leninista, todo esto es lógico. Lenin
creó en su día el Departamento de Agitación y Propaganda – Agitprop – con el
que el arte, la cultura, la educación y los medios, quedaron subordinados al
sistema.
Otro aspecto
curioso son las tribunas abiertas y las “mesas combatientes”, que son
obligatorias una vez a la semana. En estos “eventos”, en vez de exponer y
contrastar ideas, solamente sirven para confirmar el “apoyo colectivo e incondicional al gobierno”.
Otro grifo
cerrado a la cultura, es la negativa del gobierno cubano a que el pueblo pueda
acceder libremente a Internet. La organización Reporteros sin Fronteras publicó
un informe intitulado “Internet vigilado.
Las trabas a la circulación de la información en la Red”. Dentro de este
informe hay un capítulo dedicado a Cuba (“Cuba:
Internet bajo vigilancia”) en el que se puede leer: “acceso sometido a permisos y un racionamiento de los equipos
necesarios, Internet es un fenómeno limitado y bajo severa vigilancia y
accesible sólo a personas autorizadas”. En el decreto-ley número 209 de
1.996, promulgado por el gobierno cubano intitulado “Acceso desde la República
de Cuba a la red informática global”, dice que “no se puede utilizar violando los principios morales de la sociedad
cubana y los textos legales del país. Los mensajes electrónicos no deben
comprometer la seguridad nacional”.
A pesar de
todas estas restricciones el ministro cubano de Informática y Comunicaciones, tuvo
el cinismo de decir en su día que el “uso
social que se le da en la isla es el más democrático y masivo de todos los
países del Tercer Mundo”.
El escritor
cubano Antonio José Ponte, ha denunciado la hipocresía cultural del régimen
castrista, manifestando: “La prohibición
del Internet pretende hacer creíbles las páginas que conforma el diario oficial
“Granma”. Las noticias del exterior llegan a la vida cubana filtradas y
tergiversadas por los 3 o 4 periodistas que reúnen sus aburrimientos cada tarde
en mesas redondas televisadas”. Y continúa: “Es un espectáculo hipócrita que en un país de gobierno inamovible se
promuevan cientos de páginas digitales cuando el ciudadano cubano no tiene
libre acceso a Internet”.
¿Es este el “modelo
referencial” que defienden algunos ínclitos políticos?
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