Así se
intitula el libro de Johannes Kaps, Ediciones Titania 2.008, 151 páginas. La
obra nos cuenta las orgías, los crímenes y el vandalismo de las hordas
bolcheviques cuando los rusos invadieron silesia en 1.945, ocasionando casi
cinco millones de muertos.
“La víspera del Domingo de Ramos, 24 de
marzo de 1945 por la mañana, los rusos, ocuparon Neisse, en la Silesia Alta,
ciudad de unos cuarenta mil habitantes. En ella se habrían quedado unos veinte
religiosos, doscientas monjas para cuidarse de los ancianos y enfermos y unos
dos mil vecinos. Neisse no estaba muy destruido a pesar del sitio y de los
bombardeos sufridos durante ocho días. De los edificios de valor artístico sólo
resultó destruida por un incendio que ocasionó un bombardeo, la famosa iglesia de
Santiago (St. Jakob), en la tarde del 21 de marzo.
El Ejército ruso invadía como un torrente la ciudad y los soldados penetraban
por todas partes. En la casa donde vivían los sacerdotes, quitaron a éstos y a
las monjas todos los relojes y objetos de valor, lanzando palabras de amenaza,
pidieron el vino de Misa y saquearon la casa entera. No respetaron siquiera el
altar, puesto en el sótano, donde se acabó de rezar la última Misa. Llenos de
codicia se apoderaron de las custodias y los cálices. Continuamente violaban a
las muchachas, mujeres y monjas. Los soldados rojos, con los oficiales delante,
formaban largas colas ante sus víctimas. Ya en la primera noche violaron a
muchas de ellas hasta cincuenta veces. Las monjas que se defendían eran
asesinadas o llegaban a tal agotamiento físico que no tenían fuerzas para
defenderse. Echaban a las monjas, al suelo, las pisoteaban sin piedad, les
pegaban con la pistola en la cabeza o en el rostro, hasta que llenas de sangre,
mutiladas e hinchadas quedaban en el suelo sin conocimiento y en este estado
eran víctimas de la barbarie de los rusos, cuya brutalidad era incomprensible
para nosotros. Las mismas escenas se repetían en los hospitales y asilos de
ancianos y en otros establecimientos similares. Hasta las monjas de 70 y 80
años, que enfermas y paralíticas estaban en la cama, eran violadas y
maltratadas por estos hombres brutales. No ocultamente, sino en presencia de
todos, hasta en las plazas públicas y en las iglesias, estaban expuestas a las
fuerzas más brutales ¡Madres antes los ojos de sus hijos, muchachas ante los
hermanos, monjas ante los jóvenes, hasta cuando estaban a punto de morir o ya
muertas! A los sacerdotes que intentaban defender a las monjas, los apartaron
violentamente, amenazándoles con la muerte. Ardían, en la ciudad, casa por
casa, calles enteras. Primero ardían los sótanos, señal de la intención con la
que habían prendido fuego a las casas, como nos enteramos luego por testigos. A
un asilo de ancianos dirigido por monjas le prendieron fuego desde el sótano de
tal modo que casi todos los asilados murieron presa de las llamas y el humo.”
Esto, y
muchísimas más cosas, han sido borradas de la historia por los de la
internacional de la mentira, del odio y del terror, que sólo hablan de “su
memoria histórica” y de la “democrática”, pero no de La Memoria Histórica
verdadera.
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