Y continuamos con la Memoria Histórica de su
“Sanchidad” que, como recordarán, dijo en su día que hoy "honramos
muchas vidas anónimas sepultadas bajo una losa de indiferencia
imperdonable", llamando a "edificar sobre su
recuerdo una memoria democrática compartida". Como sabrán, este sujeto
dijo no hace mucho que pasaría a la historia por haber exhumado a Franco guiado
por “el legado de luz” del republicanismo. Vamos a seguir viendo “la
memoria democrática compartida” y “el legado de luz” republicano.
D. José Manuel Otero Novas, que fue ministro de la
Presidencia y de Educación durante el gobierno de Adolfo Suárez, escribió en el
diario ABC de fecha 1 de febrero de 1996, página 38, un artículo intitulado “Democracia y libertad”. Decía así:
«La
noche del 30 de abril al 1 de mayo de 1976, le pedimos a Felipe González y
otros dirigentes socialistas que suprimieran de un libro en ciernes una
reivindicación orgullosa de su golpe de Estado de 1934. Les argumentamos que no
era un buen comienzo de la democracia defender un ataque violento a las
instituciones democráticas. Y se negaron. Salió la reivindicación. Y en 1984,
el PSOE ya en el poder celebró en muchos puntos de España el cincuentenario del
golpe, después de haber erigido estatuas a Prieto y a Largo Caballero, junto a
la de Franco, al pie de los Nuevos Ministerios”.
Los mentados Prieto y Largo Caballero, junto con
otros, fueron los máximos responsables de aquella revolución de 1934 que, como
ya es sabido, fue un auténtico golpe de Estado que en lo único que estaba
basado era en el odio, odio que llevó al asesinato de personas inocentes.
Curiosamente, Largo Caballero era un personaje mal
visto y descalificado por los militantes de la C.N.T. que, desde su periódico “Solidaridad Obrera” lo tildaban de “convertirse en un dictador”. Esto se
pudo leer en el diario “El Comercio”
de fecha 26 de abril de 1936.
Por otra parte, hay que recordar (para eso está la
“memoria democrática”, oiga), lo sucedido el 4 de julio de 1934 en una sesión
del Congreso de los Diputados, cuando Indalecio Prieto sacó su pistola
amenazando al diputado de la CEDA D. Jaime Oriol, sobre el que se habían
abalanzado varios diputados socialistas, entre ellos Juan Negrín. Tal situación
se había producido al ser insultado D. José María Gil Robles por el diputado
socialista Juan Tirado Figueroa: “Es un
canalla y un farsante”. El señor Oriol pidió al diputado socialista que
retirase esas palabras de insulto, a lo que se negó, comenzando aquí el
escándalo.
En cuanto a la revolución de 1934 en Asturias, tema
sobre el que ya hemos escrito bastante, comentar que en 1994, diez años después
de la celebración del quincuagésimo quinto aniversario de dicha revolución, “El
Ayuntamiento de Laviana proclama que los objetivos del 34 permanecen todavía
vigentes”. (Portada del periódico “La Nueva España” de fecha 6 de octubre
de 1994, jueves, abundando sobre el tema en la página 17). Sin comentarios.
¿Es esto “la memoria
democrática compartida” y “el legado de luz” republicano
de su “Sanchidad”?
Continuará.
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