Como decíamos en la anterior entrega, en esta última veremos las opiniones del socialista Fernando de los Ríos Urruti y de Daniel Anguiano Mangado, sindicalista social-comunista, sobre lo que vieron en Moscú, asunto este que aparece en el libro “Historia oculta del PCE”, autor Joan Estruch, doctor por la universidad de Barcelona, catedrático de Instituto y especializado en el estudio del movimiento comunista internacional. El libro está editado por Ediciones Temas de Hoy, 2.000, 302 páginas, incluido el Índice Onomástico.
Este es otro
libro que derrumba todo el mito comunista en general, y de sus miembros
españoles en particular, tales como la Pasionaria y Santiago Carrillo, a la vez
que narra la persecución y liquidación de miembros del POUM. Asimismo, también
nos cuenta el autor cómo se “purgaba” o asesinaba a cualquier miembro o
militante del partido que no siguiese la política del criminal Stalin, contándonos
también el sectarismo y el stalinismo del PCE, por mucho que se haya dicho que
era, y es, “democrático”.
Sobre el viaje
que realizaron a Moscú en octubre de 1920 los antes mencionados, se lee lo
siguiente en las páginas 44 y 45:
“Se
instalaron en Moscú en el famoso hotel Lux, destinado a los visitantes
extranjeros y se dedicaron a pasear por la ciudad. En su libro Mi viaje a
la Rusia sovietista, De los Ríos cuenta que le extrañó que en los cruces de las
calles siempre hubiera un guardia rojo con la bayoneta calada, aunque el
abundante mercado negro era tolerado por las autoridades. No era infrecuente
encontrar por las calles caballos muertos a causa del cansancio y del hambre.
Observó con asombro que no se veían ni perros ni gatos por parte alguna,
víctimas de la hambruna. De noche, las calles quedaban a oscuras para
economizar energía. La capital de la revolución mundial, poblada de gentes
silenciosas, que nunca reían, le produjo una sensación siniestra”.
En la página
siguiente se lee:
“Antes de
partir hacia Madrid, los delegados españoles fueron recibidos durante una hora
por Lenin en su despacho del Kremlin. De los Ríos lo describe como “un hombre
insignificante y frío, de rostro de tipo mongol”. Le preguntó cuándo podría
alcanzarse en Rusia un régimen de plena libertad, y Lenin
contestó con toda claridad:
Nosotros
nunca hemos hablado de libertad, sino de dictadura del proletariado; la
ejercemos desde el poder en pro del proletariado. ( . . .). El problema para
nosotros no es de libertad, pues respecto a ésta siempre preguntamos: ¿libertad
para qué?”.
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