jueves, 1 de diciembre de 2022

Verdades y mentirasa del social-comunismo ( X I X )


 Comentábamos en el artículo anterior, que en éste veríamos algo sobre la Revolución Francesa.

Engels, en su escrito de 1872, lleno de contradicciones, intitulado “De la autoridad”, dice:

“Una revolución ciertamente es la cosa más autoritaria que hay; es el acto mediante el cual una parte de la población impone su voluntad a la otra parte mediante rifles, bayonetas y cañones –medios autoritarios, si es que los hay; y la parte victoriosa no quiere haber luchado en vano, debe mantener este régimen por medio del terror que inspiran sus armas en los reaccionarios”.

 

Evidentemente esto lo sabían bien los que tomaron el poder en la Revolución Francesa: guillotina por doquier bajo la égida del terrorífico Robespierre, alias “El incorruptible”, que asesinó a casi 100.000 personas.

 

Como es sabido, aquella Revolución se basó en tres reglas, cánones, principios, etc, basados en el terror: terror religioso, terror económico y terror político, que fue como una obertura y una introducción para las tiranías comunistas posteriores. Lenin, Stalin y un largo etc, sabían mucho de esto, con sus tribunales revolucionarios calcados prácticamente de los franceses.

 

Sobre el terror religioso, no comentamos nada. Fue sencillamente bestial. Como recordarán, se estableció el “Iluminismo”, o “Culto a la Razón”, que perseguía eliminar la religión cristiana en general, y la Católica en particular, aboliendo el calendario cristiano. Lo más curiosos del asunto fue que a últimos del año 1793 la catedral de Notre Dame, situada en una pequeñita isla llamada “La Cité”, cercada por las aguas del Sena, se le cambió el nombre por el del “Templo de la Razón”. Sin comentarios.

 

En cuanto al terror económico comentar que había una ley por la que si alguien suministraba, proveía o abastecía algo a alguien, fuera del control del Estado, era castigado con la pena de muerte. Puro comunismo.

 

Esta Revolución Francesa fue el inicio de un dilatado y extenso ciclo de tumultos, revueltas y disturbios sociales por casi toda Europa, como lo prueba los hechos acaecidos en España, Portugal, Alemania, Grecia, Polonia, Bélgica, Italia, etc. El camino hacia el comunismo estaba trillado.

 

En la próxima entrega veremos el estreno e inauguración del comunismo en París.

 

Continuará.



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