jueves, 15 de diciembre de 2022

Poesía del Siglo de Oro, Los mejores romances de la lengua castellana y Rimas y Leyendas de Bécquer ( X I V )


 


Continuamos con los libros “Poesía española del Siglo de Oro”, Ediciones 29, Madrid 1990, 113 páginas; "Los mejores romances de la lengua castellana", Edicomunicación, S.A., 1999, 256 páginas, y “Gustavo Adolfo Bécquer. Rimas y Leyendas”, Editorial EDIMAT LIBROS (Ediciones y Distribuciones Mateos), Madrid 1999, 317 páginas incluido “Índice”.

En la página 31 del primer libro figura una poesía de Santa Teresa de Jesús intitulada “Loas a la Cruz”. Dice así:

“Cruz, descanso sabroso de mi vida
vos seáis la bienvenida.
¡Oh bandera, en cuyo amparo
el más flaco será fuerte!
¡Oh vida de nuestra muerte,
Qué bien la has resucitado!
Al león has amansado,
Pues por ti perdió la vida:
Vos seáis la bienvenida.

Quien no os ama está cautivo
Y ajeno de libertad;
Quien a vos quiere allegar
No tendrá en nada desvío.
¡Oh dichoso poderío,
Donde el mal no halla cabida,
vos seáis la bienvenida.

Vos fuisteis la libertad
De nuestro gran cautiverio;
Por vos se reparó mi mal
Con tan costoso remedio,
Para con Dios fuiste medio
De alegría conseguida:
Vos seáis la bienvenida”.

 

En las páginas 128 y 129 del segundo libro aparece el romance intitulado “Romance de la bella mal maridada”. Dice así:

 

 

.-La bella mal maridada,

de las lindas que yo ví,

véote tan triste, enojada,

la verdad díla tú a mí.

Si has de tomar amores

por otro, no dejes a mí,

que a tu marido, señora,

con otras dueñas lo ví,

besando y retozando:

mucho mal dice de ti;

juraba y perjuraba

que te había de ferir.-

Allí habló la señora,

allí habló, y dijo así:

.-Sácame tú, el caballero,

tú sacásesme de aquí;

por las tierras donde fueres

bien te sabría yo servir:

yo te haría bien la cama

en que hayamos de dormir,

yo te guisaré la cena

como a caballero gentil,

de gallinas y de capones

y otras cosas más de mil;

que a este mi marido

ya no le puedo sufrir,

que me da muy mala vida

cual vos bien podéis oír.-

Ellos en aquesto estando

su marido helo aquí:

.-¿Qué hacéis mala traidora?

¡Hoy habedes de morir!.-

.-¿Y por qué, señor? ¿por qué?,

que nunca os lo merecí.

Nunca besé a hombre,

mas hombre besó a mí.

Las penas que él merecía,

señor, dadlas vos a mí:

con riendas de tu caballo,

señor, azotes a mí;

con cordones de oro y sirgo

viva ahorques a mí.

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En la huerta de los naranjos

viva entierres tú a mí,

en sepoltura de oro

y labrada de marfil,

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y pongas encima un mote,

señor, que diga así:

«Aquí está la flor de las flores,

por amores murió aquí

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cualquier que muere de amores

mándese enterrar aquí

que así hice yo, mezquina,

que por amar me perdí.»

En la página 41 del tercer libro aparece esta rima de Bécquer:

“Cendal flotante de leve bruma,

Rizada cinta de blanca espuma,

Rumor sonoro

De arpa de oro,

Deso del aura, onda de luz,

Eso eres tú.

Tú, sombra aérea que cuantas veces

Voy a tocarte te desvaneces

Como la llama, como el sonido,

Como la niebla, como un gemido

Del lago azul.

En mar sin playas onda sonante,

En el vacío cometa errante,

Largo lamento

Del ronco viento,

Ansia perpetua de algo mejor,

Eso soy yo.

¡Yo, que a tus ojos en mi agonía

Los ojos vuelvo de noche y día;

Yo, que incansable corro y demente

Tras una sombra, tras la hija ardiente

de una visión!”

Nota.- En el libro figura esta palabra deso, que suponemos que será un error de imprenta que quiere decir “beso”.

Continuará.




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