Continuamos con las poesías del libro “La Patria española”, del que ya hemos
comentado algo en nuestro primer artículo. En las páginas 121 y 122 figura la
famosa poesía de “Un castellano leal”, del Duque de Rivas. Aunque algunos la
conozcan, no viene mal el recordarla. Dice así:
“¡Hola!,
hidalgos y escuderos
de
mi alcurnia y mi blasón,
mirad
como bien nacidos
de
mi sangre y casa en pro.
Esas
puertas se defiendan,
que
no ha de entrar, ¡vive Dios!,
por
ellas quien no estuviese
más
limpio que lo está el sol.
No
profane mi palacio,
un
fementido traidor,
que
contra su Rey combate
y
que a su patria vendió.
Pues
si él es de reyes primo,
primo
de reyes soy yo;
y
conde de Benavente,
si
él es duque de Borbón.
Llevándole
de ventaja,
que
nunca jamás manchó
la
traición mi noble sangre
y
haber nacido español”.
Así
atronaba la calle
una
ya cascada voz
que
de un palacio salía,
cuya
puerta se cerró,
y
a la que estaba a caballo
sobre
un negro pisador,
siendo
en su escudo las lises,
más
bien que timbre, baldón.
Y
de pajes y escuderos
llevando
su tropel en pos,
cubiertos
de ricas galas,
el
gran duque de Borbón:
el
que, lidiando en Pavía,
más
que valiente, feroz,
gozóse
en ver prisionero
a
su natural señor;
y
que a Toledo ha venido,
ufano
de su traición,
para
recibir mercedes
y
ver al Emperador”
Continuará.
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