Este desgobierno que tenemos, cuando le interesa habla mucho de fanatismo, intransigencia y sectarismo, pero cuando él aplica todo esto, calla como un zorro.
Como ya saben, dicho desgobierno y su “complexo”
ultrajan, denigran, insultan, deshonran, difaman, etc, a los “otros”, es decir,
a la oposición, sin que en los “más-media”, salvo honrosas excepciones,
aparezca la menor censura o reproche.
Como ya sabrán, Alfonso Rodríguez de Celis,
vicepresidente primero del Congreso de Diputados, hace unos días expulsó del
Hemiciclo a Patricia Rueda, diputada de VOX, por decir que BILDU era un partido
“filoetarra” ¿Acaso Arnaldo Otegui, cabecilla del partido abertzale, no fue
encarcelado y condenado por pertenecer a ETA?
Por otra parte, Mertxe Aizpurua Arzallus, directora en
su día del periódico “Egin”, portavoz en el Congreso de Euskal Herria Bildu,
¿no fue condenada en 1984 a un año de prisión por apología del terrorismo? ¿No
hay que recuperar la “memoria democrática”? Viendo esto, y más cosas, el
calificar a BILDU de “filoetarra” no es más que decir la verdad.
Por otra parte también, la egregia, ilustre y preclara
Irene Montero, dijo que el PP era “promotor de la cultura de la violación” y
no pasó absolutamente nada, como tampoco pasa nada cuando se insulta a los
“otros” llamándoles fascistas, nazis y demás. En una palabra: es de un
fanatismo, de una intransigencia y de un sectarismo, propios de un sistema
totalitario, que no se expulsen a los representantes de los partidos cofrades y
socios del desgobierno cuando insultan a los “otros”, y sí se expulsen a éstos por
decir simplemente la verdad.
En fin, con estos asuntos y otras actuaciones que se
ven en el Hemiciclo, a lo mejor el “pueblo soberano” está distraído. Tal parece
que estamos en tiempos de “Panem et circenses” ¿Se acuerdan? Y si a esto
añadimos la morfina del pueblo, es decir, el “furbo”, el asunto está resuelto.
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