Vamos a recuperar un poco
de la “memoria democrática” de Su Sanchidad.
Como sabrán, el Papa Pío XII fue vituperado y difamado
en su época, como no podía ser de otra manera, por el comunismo
Parece que aún
hay mentalidades que, hablando de oído, repiten como guacamayos las viejas
instrucciones de la internacional de la mentira. Es el caso del supuesto
entendimiento entre Hitler y el papa Pío XII, acusando a éste de colaborador
con el nazismo y de antisemita. Obras como “El Papa de Hitler: la historia secreta de Pío XII”, del
periodista inglés John Cornwell, o la pieza teatral “Il Vicario”, de Rolf Hochhuth, que viene a ser una copia de la
anterior, desataron en su día una campaña de falsificación de la verdad histórica.
En el primer
libro, el autor británico llega a decir que Pío XII ayudó a Hitler a subir al
poder en 1933. Para impresionar al lector, en la portada aparece el Papa
escoltado por dos soldados saliendo de un edificio público en Alemania. Lo que
se omite es que tal foto es de 1929 (Hitler llegó al poder en enero de 1933).
Lo que tampoco
se dice es que siendo secretario de estado vaticano, cuando era Papa su
antecesor Pío XI, éste publicó la encíclica intitulada “Mit brennnender Sorge”, cuyo
autor intelectual fue Eugenio Paccelli (futuro Pío XII), ya que había leído el “Mein Kampf” de
Hitler, y conocía perfectamente su ideología.
La citada
encíclica denunciaba la ideología del nazismo por sus planteamientos
anticristianos y fue leída el 21 de marzo de 1937 (domingo) en los más de
11.000 templos católicos que había entonces en Alemania. Nunca el III Reich
había recibido una crítica tan aguda.
La traducción
del título “Mit brennnender Sorge” es “Con ardiente preocupación”. Pues bien, Cornwell, con evidente mala
fe, la traduce como “Con gran aprecio”. Sobra todo comentario. (Recomendamos
leer el apartado 7 de la Introducción de la citada encíclica)
El propio
Joachin von Ribbentrop, ministro de Asuntos Exteriores nazi, y firmante del
pacto con Stalin, declaró en el proceso de Nüremberg que Alemania no había
respetado las cláusulas del concordato, a pesar de las protestas del propio
Pacelli, a la sazón Secretario de Estado vaticano. En cuanto al antisemitismo
del Papa, baste decir que personalidades que fueron perseguidas por el nazismo
(casos de Albert Einstein o Golda Meir), agradecieron públicamente los gestos a
favor del pueblo judío. El historiador Antonio Gaspari en su obra “Los judíos, Pío XII y la leyenda negra”, cuenta los testimonios de judíos que
fueron salvados de la persecución nazi gracias a la intervención del propio
Papa Pío XII. Por si todo esto fuera poco, el historiador italiano Andrea
Tornielli en su obra “Pío XII, el papa de los judíos”, cuenta cómo en 1943 Hitler ordenó a
las SS “arrasar a sangre y fuego” la Santa Sede y secuestrar a Pío XII y
llevarlo al principado de Liechtenstein. Hitler había montado en cólera porque
el general Badoglio, dirigente fascista que aparentemente sostenía la
continuación de la guerra al lado de Alemania, secretamente estaba preparando
la firma del Armisticio con los aliados. Hitler se sintió traicionado y ordenó
la destrucción del Vaticano.
El plan no se
llevó a cabo por la oposición del general Kart Wolf, a la sazón comandante de
las SS en Italia. El dirigente italiano democristiano Giulio Andreotti, que en
su día había formado gobierno con el respaldo de los comunistas, declaraba que “la hostilidad contra el papa Pacelli se debió a su rechazo del
comunismo”.
Sobre
el tema que nos ocupa, existe un libro intitulado “Cristianos contra Hitler”, de José M. García Pelegrín, Editorial
LIBROSLIBRES, 2011, 174 páginas, en el que se nos narra precisamente la lucha
de los cristianos contra el sistema nazi. Este libro lo tenemos comentado en este
blog con fecha 8 de setiembre del pasado año 2023.
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