Transcribimos
el magnífico artículo de D. Federico Yaniz Velasco intitulado “Mirar al futuro con esperanza”.
Este
señor es colaborador de la extraordinaria publicación “Rescate. Revista de Historia y de Cultura Aeronáutica”.
MIRAR AL FUTURO CON ESPERANZA
Federico
Yaniz Velasco*
En
los medios de comunicación españoles han aparecido en los primeros días de
abril diversas noticias que han producido en nuestra sociedad una sensación de
desánimo general. Los españoles tenemos la tendencia a prestar gran atención y
conceder mucha importancia a las opiniones de los demás, especialmente si son
personas ajenas a nuestro entorno y si manifiestan apreciaciones negativas
sobre nuestras costumbres e incluso sobre España. Ese espíritu crítico puede tener
un efecto positivo si sirve para corregir errores y mejorar nuestra convivencia.
Sin embargo, la aceptación de las críticas sin un análisis racional de su
intencionalidad y las causas que las producen puede tener efectos devastadores.
Las críticas y opiniones negativas de nuestra forma de ser y actuar deben
servir para mejorar nuestra sociedad cuando tienen una base objetiva y un
fundamento real. Por el contrario, debemos rechazar de forma contundente las
críticas que tienen su origen en la ignorancia, en intereses inconfesables o en
prejuicios y animosidades históricas inaceptables en el siglo XXI. Ese rechazo
debe ir acompañado de la presentación de nuestra realidad de forma activa. Las
verdades, si no se recuerdan, pueden olvidarse y las mentiras si se repiten mil
veces pueden llegar a ser aceptadas por algunos como hechos ciertos. No basta con
indignarse cuando el rebelde expresidente de una comunidad autónoma y sus
fieles, repiten incansablemente que en España hay presos políticos y otras
falsedades e injurias. Es preciso dejar claro ante la opinión pública mundial
la verdadera situación y es necesario explicar tantas veces como sea preciso los
hechos ocurridos en la Comunidad Autónoma catalana antes y después del 1 de octubre de 2017. Hay
que dar a conocer al mundo los sórdidos detalles de una conspiración tramada y
preparada por quienes desde las estructuras del Estado han intentado romper la unidad
garantizada por la Constitución.
El imperio de la ley está asegurado en España
y nuestros jueces son independientes y tienen una formación y profesionalidad
igual o superior a la de sus colegas de
cualquier estado miembro de la Unión
Europea. Esa realidad debe explicarse y difundirse por todos los medios
posibles y repetirse cuantas veces sea necesario. Es preciso contrarrestar el
efecto pernicioso y muy negativo de la propaganda injuriosa y destructiva de
los independentistas. En un mundo globalizado no se puede perder la guerra de
la información ni dejar de responder a las falsas acusaciones vertidas contra
nuestra Patria y contra sus instituciones y autoridades. El veneno y la ponzoña
que escupen diariamente los voceros del cínicamente llamado “proceso” están
llegando con facilidad a muchos medios de comunicación, en algunos de los
cuales encuentran el terreno abonado que conforman los prejuicios.
España es uno de los países más poblados
de Europa, por su extensión uno de los más grandes y por su economía uno de los
más desarrollados. Además nuestra nación tiene una situación estratégica
inmejorable, gran longitud de costas y numerosos puertos y aeropuertos. Nuestra
cultura tiene una proyección universal, siendo el español la segunda lengua
materna más extendida en el mundo. Mirando al futuro hay razones objetivas para
hacerlo con esperanza. Estoy seguro que nuestro país seguirá siendo de los más
avanzados del planeta y que conformará con las naciones de nuestra estirpe uno
de los grandes bloques culturales del mundo. El desarrollo de lo previsto en la
Constitución de 1978 ha configurado el actual estado de las autonomías dotadas
de niveles de autogobierno muy alto,
superior al de entes semejantes en otros
estados miembros de la Unión Europea. Como en toda actividad humana, han podido
existir discrepancias políticas sobre el desarrollo y aplicación de sus estatutos.
Sin embargo, esas posibles diferencias de criterio no pueden justificar que los
dirigentes de una comunidad autónoma utilicen los amplios poderes que les
otorga la Constitución para intentar destruir el orden constitucional que se
comprometieron a defender. Es preciso dar a conocer al mundo como los
dirigentes de los partidos políticos independentistas han despreciado las leyes
y las mínimas garantías de seguridad jurídica para intentar imponer su modelo
político. Un modelo que no respeta los derechos y aspiraciones de una gran
parte de la población catalana.
Por el bien de los ciudadanos de nuestro
centenario país, es de esperar que cese muy pronto la corrosiva propaganda independentista.
Una propaganda que alienta el odio y ha generado una profunda división en la
sociedad catalana. Esa propaganda debe ser combatida dentro y fuera de España con
la difusión de la verdadera realidad del “proceso” y de su naturaleza xenófoba
y discriminatoria de parte de la población. No deben quedar sin respuesta
quienes no respetan la libertad, invocan supuestas diferencias y niegan los muy sólidos lazos culturales, sociales
y económicos que existen entre todos los
habitantes de España, la realidad política más antigua de Europa.
*General
del Ejército del Aire (R) y periodista.
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