lunes, 21 de diciembre de 2020

Manifestación a favor del comunismo


 

El domingo 6 de diciembre de este año, tuvo lugar en Madrid una manifestación comunista, recordando con nostalgia a los asesinos y criminales Lenin y Stalin, que aparecieron en muchas banderas y pancartas. De esta noticia los “mass-media” del régimen, no dijeron ni pío. Sin embargo, “comentaron” y “notificaron” toda clase de bulos contra VOX.

En dicha manifestación participaron el Partido Comunista de España Marxista-Leninista, Frente Obrero, Partido Comunista Obrero Español (PCOE), Partido Comunista de los Pueblos de los pueblos de España (PCPE) y alguno más.

La verdad es que no se entiende este tipo de manifestaciones, ya que el régimen comunista fue terror y horror, como nos lo cuenta Jesús Hernández en su libro “En el país de la gran mentira”, Editorial G. del Toro, 2974, 231 páginas, incluido Índice. Este libro lo tenemos comentado en este blog con fecha 15 de octubre de 2.018.

Sobre Jesús Hernández diremos que al proclamarse la II República en 1.931, asume la dirección del diario comunista Mundo Obrero, siendo designado miembro del Buró político del PC.

 En las elecciones de febrero de 1.936 es elegido diputado por Córdoba, y posteriormente, con la guerra ya comenzada, forma parte del gobierno de Largo Caballero, desempeñando el cargo de ministro de Instrucción Pública hasta mayo de 1.937. Al terminar la guerra, emigró a la URSS, en donde permaneció hasta 1.944. Como pueden ver, Hernández no tenía nada de fascista. Lo que hizo fue tener la valentía, como otros muchos desencantados comunistas, de denunciar todo el terror y el horror del sistema

 Nos cuenta Jesús el episodio estremecedor de los niños que fueron a Rusia: sus enfermedades, sus trabajos forzados, etc, etc. Llama la atención la negativa de La Pasionaria a que muchos de esos niños, que sus familiares querían que regresasen a España, pudiesen hacerlo. "No podemos permitir que salgan de aquí como furibundos antisoviéticos", decía la individua. Algunos de estos niños regresaron a en 1.956, una vez fallecido el criminal Stalin, con el que La Pasionaria tenía mucho “feeling”.

 Dentro del capítulo II, página 65, se puede leer:

 “En Moscú es imposible saber nada de nada. En toda la URSS sucede igual. El ciudadano extranjero que viva unos meses consecutivos en los dominios de Stalin termina por olvidarse hasta de la rotación de la Tierra. Ni prensa extranjera, ni radio, ni informaciones del mundo, ni rumores o cuchicheos, ni declaraciones de políticos, ni indiscreciones de “allegados”. Nadie habla. Nadie sabe. Nadie dice. Nadie curiosea ni se preocupa por enterarse, pues saber algo es peligroso. Si algún indiscreto pregunta la cosa más inocua corre el riesgo de verse detenido por sospechoso de espionaje. Se vive en el más definitivo de los limbos. Las noticias de Izvestia o de Pravda dicen sólo lo que quieren decir e informan de lo que quieren que se entere la opinión pública. Como no existe posibilidad humana de conocer distintas opiniones de las oficiales, resulta que la política soviética siempre es la más justa y adecuada y que lo que dicen, hacen o dejan de hacer las potencias extranjeras es abominable o es estúpido. El ciudadano soviético no conoce otra verdad que la establecida por la sección de propaganda del Comité Central del Partido Bolchevique. El juicio de las gentes es dirigido hacia unas conclusiones preconcebidas. Puede creer o no creer, pero no tiene más base de orientación que el instinto. Resulta casi imposible enterarse de lo que sucede en casa del vecino, del acontecimiento ocurrido a diez pasos de nuestro lugar habitual. Un pueblo puede ser trasladado íntegramente a Siberia y se necesitarán meses enteros para que los propios parientes que habiten a diez leguas de distancia se enteren del hecho”.

 Del Capítulo I destacaríamos los apartados “El estado especulador”“Lujo y miseria”“Corrupción sexual en la URSS”, “Un pueblo sin libertad y un régimen sin democracia”.

 En fin, la ignorancia y fanatismo, o la mala fe, llevan a situaciones como las de dicha manifestación, a cuyos asistentes les recomendamos leer también “Las redes del terror. Las polícías secretas comunistas y su legado”, autor José M. Faraldo, Editorial Galaxia Gutemberg, primer edición setiembre 2018, 337 páginas, incluido Índice; “El terror bajo Lenin”, de Jacques Baynac, Tusquets Editor, Barcelona 1977; “El verdadero Lenin”, autor Dimitri Volkogónov, ex director de Propaganda del Ejército Rojo y luego director del Instituto de Historia Militar de la extinta URSS, editado por Grupo Anaya S.A., 1.996; “Unión Soviética, comunismo y revolución en España (1931-1939) Así fue. La historia rescatada”, autor Stanley G. Payne, Editorial Plaza Janés 2003; “Yo escogí la libertad”, autor Victor Kravchenko, editorial NOS, 1.947, 495 páginas incluido el índice. Hay otra versión muy posterior de esta obra, editada por Ciudadela, Madrid, 2.008 y con 320 páginas. La que tenemos comentada nosotros en la primera.

Estos libros los tenemos comentados en este blog. No tienen más que poner el título en la pestaña “Buscar en este blog” y pinchar en “Buscar”.

 ¡Ah!, también recomendamos a estos manifestantes leer “Yo escogí la esclavitud”, autor Valentín González “El Campesino”, Ediciones Maracay (Venezuela) 1940, 368 páginas incluido “Índice”. Este libro lo comentaremos próximamente.



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