Pablo Iglesias Posse y Pedro Sánchez Pérez-Castejón

 

Como ya sabrán, tal día como hoy 9 de diciembre, pero de 1925, fallecía a los 75 años de edad Pablo Iglesias Posse, personaje de ideología marxista, fundador del PSOE en 1879. Por tal motivo, Pedro Sánchez lo recordó diciendo que “su legado sigue vivo en el PSOE y nos guía”.

Antes que Pedro Sánchez, Felipe González Márquez, en un congreso del PSOE terminó su alocución diciendo que Pablo Iglesias había luchado por “la libertad y la democracia” ( I ), monserga esta de la izquierda ya que, como está sobradamente demostrado, la izquierda no cree en la democracia, sino en sus principios, aunque de vez en cuando echa mano de tal concepto para mangonear y manipular al “pueblo soberano”.

En 1909, como ya sabrán, tuvo lugar la Semana Trágica de Barcelona, en la que socialistas y anarquistas organizaron por doquier disturbios, motines, asonadas, desmanes, etc, asesinando a clérigos, profanando iglesias y tumbas, etc. Todo esto, y otras cosas, dio lugar a la declaración del Estado de Guerra.

Como recordarán, el principal instigador, promotor y alentador de dicha Semana Trágica, fue el terrorista anarquista Francisco Ferrer Guardia, cuyos lemas principales eran “¡Viva la dinamita!”, y que había que destruirlo todo. Miguel de Unamuno y Jugo, filósofo y Rector de la Universidad de Salamanca, y diputado de la Cortes Constituyentes de la Segunda República, de la que se fue distanciando y separando, como otros muchos verdaderos republicanos, calificó al mentado Ferrer como “tonto, loco, y criminal cobarde”.

Al año siguiente, Pablo Iglesias Posse amenaza de muerte al presidente Antonio Maura y Montaner si se vuelve a presentar a las elecciones. A tal efecto, en el Diario de Sesiones del día 7 de julio de 1910, aparece la amenaza de Iglesias:

“Debemos, viendo la inclinación de este régimen por S.S, comprometernos para derribar ese régimen. Tal ha sido la indignación por la política del Gobierno del Sr. Maura en los elementos proletarios que nosotros hemos llegado al extremo de considerar que antes de S.S. suba al Poder debemos ir hasta el atentado personal”, atentado que tuvo lugar unos días después cuando el niñato de 18 años perteneciente a las Juventudes del Partido Radical, Manuel Possá Roca, disparó contra Maura, quedando herido de gravedad.

 Como sabrán también, en 1917 hubo en España una huelga general de carácter revolucionario, apoyada por el PSOE de Pablo Iglesias Posse, a quien se le tildaba de “defensor de la paz”, amén de “demócrata”. La verdad era otra,  ya que era simpatizante, defensor y admirador del Manifiesto Comunista, así como perseguidor y aniquilador de la Iglesia y del Ejército, y partidario, como no podía ser de otra manera, de la dictadura del proletariado marxista-leninista. Curiosamente, tas una breve participación en la Internacional comunista de aquellos tiempos, el PSOE colaboró con el régimen del General Primo de Rivera, 1930-1933. Largo Caballero, el “Lenin español”, fue nada más y nada menos que el Consejero de Estado, entrando los socialistas en diversos Consejos, como el de Trabajo y el de Intervención de Cuentas, amén de otras secciones.

Vamos a ver algunas frases de este “guía”:

“Para evitar que Maura suba al poder, debe llegarse hasta el atentado personal”.

“Nosotros defendemos el sufragio universal por ser un excelente medio de agitación y propaganda para nuestras ideas, pero le negamos la virtud de poder por sí mismo emancipar a la clase proletaria”.

“El partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales,… esta aspiración lleva consigo la supresión de la Magistratura, la supresión de la Iglesia, la supresión del Ejército… Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones”.

En fin, viendo cómo estamos en estos momentos en España, efectivamente Pablo Iglesias Posse es el “guía” de Pedro Sánchez Pérez Castejón.

( I ).- Estas mismas palabras fueron pronunciadas en su día por un alcalde de Oviedo, de cuyo nombre no queremos acordarnos, perteneciente al híbrido y desnortado PP, sobre Santiago Carrillo.