Hace
ya algún tiempo, creo recordar que desde este mismo medio, yo me preguntaba que
hasta dónde llegaría nuestra capacidad de asombro ante tantas y tan variadas
“ocurrencias” (no se me viene a la cabeza, de momento, otro calificativo) con
que nos sorprenden un día sí y al siguiente también los personajes que, merced
a las posibilidades que ofrece una democracia entendida muy sui generis, rigen
hoy los destinos de esta nación todavía llamada España, nombre que, dadas los
últimos acontecimientos y el modo de pensar de los dichos regidores, nos
tememos que pueda desaparecer por sus, sin duda, connotaciones franquistas, al
igual que patria, bandera, imperio, heroísmo, lealtad y entrando en el
surrealismo, montañas nevadas, flechas al viento, etc. etc.
Y es que, en este momento, pues otros vendrán seguro, le ha tocado el turno de esta especie de locura colectiva, a nuestro, perdón, pues parece que ya no es nuestro, secular y grandioso idioma: el español, víctima de la insaciable insensatez grupal de la nueva intelectualidad que impregna hasta poner pingando a las preclaras mentes que ocupan presidencias, ministerios y otros estamentos o cargos dirigentes que, con gran “expertitud” como diría la señora Calvo, se encargan hoy de conducir los destinos (caramba, esto suena un poco joseantoniano) de, por ahora, mi querida España, esta España mía, esta España nuestra. Ya pueden perdonar mis lectores si los tengo, que repita este nombre, España, insistentemente pues lo hago antes que, merced a una nueva genialidad, constituya un delito el mero hecho de mencionarlo ya que puede pasar a considerarse un invento del difunto, inhumado, exhumado y vuelto a inhumar, caudillo de España y generalísimo de sus ejércitos, Francisco Franco Bahamonde, conocido en la historia como Franco sencillamente. Y lo que en su día fue la Hispania romana o la Spania visigótica si lo oyeron alguna vez nuestros ilustres “expertitudos”, no lo considerarán ni mucho menos como antecedentes dentro de la etimología de España pues esta palabra, como digo, sería exclusivo invento del dictador.
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