lunes, 18 de febrero de 2019

Conceptos manoseados y manidos ( y I I )


Como decíamos en nuestro anterior artículo, los conceptos de progresista y derechona eran empleados como armas arrojadizas en épocas de votaciones, o en épocas normales. Una vez visto lo de la “derechona”, demos un vistazo al término “progresista”, “fuerzas progresistas”, “pensamiento progresista”, etc.

Tales frases y palabras referidas al “progresismo”, se emplean como cautivadoras en peroratas mitineras, aunque no aparezcan en ningún discurso medianamente coherente, salvo las excepciones de cuatro pedantes marxistas infumables que se aprovechan de la masa totalmente despersonalizada.

Veamos la etimología de la palabra progreso. Viene del nombre latino de “Progressus”, que viene a su vez de “progedior” que significan ir adelante, avanzar hacia una meta sea del tipo que sea. Es decir, lo que se persigue es un fin, y como  los humanos perseguimos fines y actuamos por fines, resulta que todos somos progresistas.

Pero el asunto cambia cuando socialistas y comunistas hablan de progreso, ya que nos quieren transmitir muy sibilinamente que los demás partidos no tienen esa capacidad de “progreso”. Este progreso lo pretende patentar el PSOE y el PC, sin darse cuenta que, con las tecnologías actuales tales como Internet, ordenadores, satélites y un largo etc, es prácticamente imposible. Además, estos del “progreso” tienen que dejarse de tanta especulación sobre el futuro y mirar un poco para atrás analizando su pasado. Probablemente se conseguirá más aprendiendo de los inmensos errores que han tenido a lo largo de la historia.

Además, están encerrados en cuatro dogmas, consignas, tópicos, etc. Así, cuando se les habla del origen del hombre y demás, te saltan con la evolución, sin haber leído jamás a Darwin y silenciando, por ignorancia o mala fe, que este reconoce la existencia de un Ser Supremo.

Y para terminar, y muy “ad hoc” con los tiempos que vivimos, recordar unas palabras de Carlos Luis de Secondat, barón de Montesquieu, esa lumbrera del siglo de las luces y de la razón, muy invocado por los progres cuando les interesa. La citada lumbrera decía sobre los negros:

      "El azúcar sería más caro si no se hiciera trabajar a los esclavos en las plantaciones que la producen. Los individuos de que se trata son negros de pies a cabeza, y tienen la nariz tan aplastada, que es casi imposible tenerles lástima. No es posible imaginar que Dios, que es un ser sabio, haya puesto un alma en un cuerpo enteramente negro... Una prueba de que los negros no tienen sentido común es que no aprecian el oro. Es imposible suponer que estas gentes sean hombres".

En fin, sin comentarios.



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