sábado, 16 de febrero de 2019

Los profanadores



Se dicen demócratas y se consideran defensores de la libertad. Mentira. Su odio a la religión cristiana, producto de su clíbano marxista, les tiene totalmente obnubilados produciéndoles una calígine mental propia de fanáticos.

Atacan a la religión cristiana con tal ímpetu, brío y fuerza, que tal parece que el mismísimo caballo de Espartero estuviera capado, si se le compara con estos sujetos.

Como recordarán, en su día hubo un ataque a la capilla de la Complutense, pero poco se comentó, sobre todo en la prensa del régimen de aquellos tiempos, que habían aparecido carteles ofensivos solidarizándose con los profanadores. Uno de tales carteles es el que ponemos en imagen.

Desnudarse ante el Altar, bramar con insultos contra La Iglesia y sacerdotes, les ha parecido poco, ya que colgaron multitud de carteles ofensivos en los que se puede leer:

"Capilla = Fanáticos", "En solidaridad con las compañeras de Ciencias Políticas. Condenamos la manipulación mediática de los sectores ultraconservadores. ¡Contra el poder de la Iglesia y el patriarcado! ¡Viva la lucha de las mujeres!", "La libertad no es católica"  y “¡Arderéis como en el 36!” (De la “lucha” de las mujeres en el Islam, ni pío).

Y surgen las preguntas: ¿cómo es que estos grupos de cabestros anticristianos se encuentran tan envalentonados? ¿Será por la actitud totalmente pasiva de las “autoridades”? ¿Por qué no se les procesa? ¿No dice nuestra Constitución, en su Artículo 16 sección primera: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”?
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 Por otra parte, veamos lo que dice el Código Penal:

Artículo 523: “El que con violencia, amenaza, tumulto o vías de hecho, impidiere, interrumpiere o perturbare los actos, funciones, ceremonias o manifestaciones de las confesiones religiosas inscritas en el correspondiente registro público del Ministerio de Justicia e Interior, será castigado con la pena de prisión de seis meses a seis años, si el hecho se ha cometido en lugar destinado al culto, y con la de multa de cuatro a diez meses si se realiza en cualquier otro lugar.”

 Artículo 524: “El que en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses.”

Además, y esto tampoco lo comenta la prensa del régimen, también en otras universidades e iglesias, se estaba, y se está, haciendo lo mismo, llegando a una situación de total persecución.

Así, por ejemplo, en su día fue robado un copón con el Santísimo y varios objetos sagrados de una parroquia en Carabanchel. Tres iglesias de Madrid, además de la Complutense, fueron también profanadas.

Si las “autoridades” no se responsabilizan del mantenimiento de la seguridad y de la legalidad que emanan de nuestra Constitución y del Código Penal, habrá que pensar en otras cosas, como puede ser la legítima defensa.

Como estarán pensando, las mezquitas ni tocarlas. Ya me entienden.




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