Los de la casta política hablan y hablan de ricos,
privilegiados, capitalismo, opresores, oprimidos, etc, etc., pero de la miseria
y pobreza que están generando, mientras ellos viven sin ningún problema, no
dicen ni pío. Sus privilegios, sus sueldazos, dietas, subvenciones, cobro por
desplazamientos, coches por doquier, siguen y siguen. De apretarse el cinturón,
nada de nada . . . bueno, a lo mejor se lo aprietan cuando suben al coche o al
avión “Falcon”.
Aparte de la enfermedad y las muertes originadas por
el coronavirus, nos está invadiendo una desastrosa ruina económica que no
sabemos cómo vamos a salir de ella. Ahí están empresas y negocios cerrados,
paro en ascenso terrible, etc, etc.
Pero es igual, oiga, ellos siguen cobrando el total, a
pesar de que la actividad parlamentaria prácticamente no existe, como ya saben.
Siguen con sus emolumentos, momios, sinecuras y prebendas, pidiendo comprensión
y esfuerzos al “pueblo soberano”. Para eso está la “regeneración
democrática”, más bien degeneración.
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