Hay que recuperar las memorias “históricas” y
“democráticas”, oiga. Vamos a ello. Como recordarán, la que fuera ministra de
igualdad del gobierno del rojo y nefasto Zapatero, Bibiana Aído, pronunció en
su día la palabra “miembras”. La ignorancia
gramatical de esta “miembra” es poco menos que supina. Veamos:
El artículo definido o determinado (el, la, los, las ) es un elemento
determinante del sustantivo, ya que permite discernir el género y el número.
Antes se definía como la parte invariable de la oración que acompaña al nombre
para indicar su género y su número. En esencia, la definición es la misma.
Pero la realidad nos dice que esto no es cierto porque se ha dado a la
letra a prácticamente
los mismos atributos que al artículo: así se dice la jueza, la clienta, la
médica, la ginecóloga, etc. Es decir: no se hace caso del artículo, sino de la
terminación, intentando demostrar que las palabras terminadas en a son
del género femenino. Hay que sustituir la o, de médico, por la a
Siguiendo este razonamiento, como las palabras dentista, malabarista,
artista, equilibrista, etc, etc terminan en a serían del género femenino. Por tanto habría que decir dentisto, malabaristo, artisto, etc
para indicar el género masculino sin hacer caso del artículo.
Por otra parte, palabras terminadas en a, tales como mapa, sofá, etc. son
del género masculino ¿Habría que decir mapo,
sofó, etc.?
¿Habrá palabra más femenina que mujer? ¿Habría que decir mujera? Lo mismo pasaría con la palabra
madre, etc.
Después están los escritos con el/la/los/las/todos/todas, y ahora
“todes”, que en aras de un progresismo
semántico-feminista quieren demostrar la igualdad entre ambos sexos. Lo que
sucede es que se confunde el género gramatical con el sexo de las personas. Y
para evitar poner el/la/los/las/todos/todas, recurren al ridículo @.
La palabra habitante, por ejemplo, es una palabra del género masculino
que abarca a ambos sexos. Asimismo, la palabra persona, es del género femenino
que abarca también a ambos sexos. Pero, claro, siguiendo la lógica jaimitera
habrá que decir la habitanta y el
persono.
Si ella es socialista, ¿será su jefe socialisto? Si ella tiene piernas, ¿tendrá su jefe piernos? Si ella tiene muelas, ¿ tendrá
su jefe muelos? . .
. No digamos ya si el animal hay que
llamarlo animala o animalo.
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