viernes, 17 de enero de 2025

Las dos Repúblicas. ( L X X X V I I )

 


¿No hay que “recuperar la memoria histórica” “zapateril” y la “democrática” de Su Sanchidad? Pues vayamos a ello.

Salvo honrosas excepciones, ningún verdadero historiador comenta la auténtica guerra civil que había dentro del PSOE de aquellos años. Como muestra de esto, vamos a transcribir lo que nos dice D. Salvador de Madariaga y Rojo en su obra  “España. Ensayo de historia contemporánea”, Editorial Espasa Calpe S.A., Madrid 1989.

 Antes de nada, comentar someramente que Madariaga, diplomático, escritor y verdadero republicano, como lo eran Marañón, Ortega y Gaseet y otros muchos, fue Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y de Justicia durante la II República. Se exilió en Inglaterra al comienzo de la Guerra Civil y durante el período que se denominó “Guerra fría” se destacó por su actitud en contra del comunismo instalado en la desaparecida URSS.

 Nos cuenta el señor Madariaga la “aventura” de los asturianos Indalecio Prieto, Ramón González Peña y Belarmino Tomas, “aventura” que tuvo lugar el 30 de mayo de 1936 en la plaza de toros de Écija, a donde se habían desplazado para exponer su “tesis”. El auditorio era totalmente socialista. A continuación, transcribimos lo que el propio don “Inda” dijo al ser recibido por sus correligionarios en la mentada plaza de toros. Se lee en las citadas páginas:

 “En Écija ni a González Peña, que volvía del presidio, ni a Belarmino Tomás, ni a mí que regresábamos de la expatriación, se nos permitió hablar. De Écija fuimos expulsados a tiros por nuestros propios correligionarios, tres diputados socialistas. Poco más tarde entraban en aquella ciudad, sin hacer ni un solo disparo, los facciosos, a cuya acción vengativa se debe el fusilamiento del policía sevillano Sáez y del jefe de la Guardia Municipal de Carmona, quienes, revólver en mano,  de pie en los estribos del automóvil y cubriendo con su cuerpo las ventanillas del coche, lograron abrirme paso hacia la carretera de Córdoba, mientras muchachos de la motorizada, respaldados contra los muros de la Plaza de Toros, protegían mi retirada con el fuego de sus pistolas ametralladoras”

 Parece lógico preguntarse qué era lo que había sucedido para que los socialistas de Écija recibiesen a tiros a uno de sus jefazos. La respuesta es que el PSOE de aquellos tiempos tenía dos facciones: la prietista y la caballerista, cuyo periódico, “Claridad”,  publicó al día siguiente una noticia al más puro estilo marxista-leninista, es decir, una noticia falsa y mentirosa, ya que echaba la culpa de lo ocurrido a los tres oradores del mitin, acusándoles de no ser marxistas, sobre todo a González Peña.

 En fin, esta era la situación “idílica” y “democrática” de aquella nefasta República.

 ¡Menudo “vínculo luminoso”!

 Continuará.




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