viernes, 29 de marzo de 2019

Propaganda separatista




Los partidarios de que una región sea independiente de España, están jugando con un arma peligrosa, ya que fomentan la división entre los españoles, en vez de promocionar lo que nos une. Pero lo peor del asunto es que esta propaganda se manifiesta y se exhibe en casi todos los centros de enseñanza y en casi todos los medios de comunicación estatales, ahogando a la opción opuesta, es decir, a la de las personas que quieren la unidad de España.

Un remedio para evitar todo esto sería el que el Estado central recuperase, por lo menos parcialmente, las competencias en Educación. El asunto es un tanto difícil porque dependería de una mayoría en las Cortes, y tal como está el sistema electoral en España, no parece que la cosa se pueda realizar. Además, hay mucho pesebrista. Ya lo decía Isócrates casi 400 años a. de C.: si adulabas y te sometías a los griegos, éstos te darían poderes, prebendas, hegemonías, canonjías, etc. Hoy sabemos quiénes son los “griegos”.

No obstante, nos parece que hay una medida rápida y pacífica que podría ser aplicada por un gobierno de mayoría relativa en el Congreso de los Diputados y que podría contrarrestar esta apisonadora propagandística disgregadora.

Esta medida consistiría en explicar en todos los “mass-media” públicos y privados el porqué y el cómo España se convirtió en una nación, destacando las características comunes de las regiones que la integraban. (Recomendamos la lectura del libro del filósofo D. Gustavo Bueno, "España no es un mito. Claves para una defensa razonada", Ediciones Temas de Hoy, Madrid 2.005, 302 páginas). 

Si este gobierno verdaderamente tuviese en cuenta la Constitución, no tendría más que leer el artículo 149.2 en el que se viene a decir que es deber del Estado facilitar los contactos culturales entre las distintas autonomías.

Esto no es incompatible con la promoción de las culturas vernáculas, aunque en muchos casos lo que se intenta promocionar es lo “local”. 

Permítanme  ustedes que cite unas pintadas que hemos leído en la comunidad de Castilla-León: “León sin Castilla. Puta Castilla”. No muy lejos, también se lee: “El Bierzo sin León. Puto León”. En fin, sin comentarios.

Por otra parte, no se puede ni se debe permitir que, en una comarca que sea fronteriza con otra región, sólo se enseñe lo de la región a la que pertenece dicha comarca, sin mencionar para nada las comarcas vecinas por el mero hecho de pertenecer a otra región.

Lo que sucede es que hay que promocionar las “normalizaciones artificiales”: hay que seguir el manual. Para eso se despilfarra un montón de dinero y hay que justificarlo.

Y terminamos con una frase de Manuel Azaña, nada sospechoso de fascista:

“Os permito, tolero, admito, que no os importe la República, pero no que no os importe España. El sentido de la Patria no es un mito”.



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