Los partidarios de que una región sea independiente de España,
están jugando con un arma peligrosa, ya que fomentan la división entre los
españoles, en vez de promocionar lo que nos une. Pero lo peor del asunto es que
esta propaganda se manifiesta y se exhibe en casi todos los centros de
enseñanza y en casi todos los medios de comunicación estatales, ahogando a la
opción opuesta, es decir, a la de las personas que quieren la unidad de España.
Un remedio
para evitar todo esto sería el que el Estado central recuperase, por lo menos
parcialmente, las competencias en Educación. El asunto es un tanto difícil
porque dependería de una mayoría en las Cortes, y tal como está el sistema
electoral en España, no parece que la cosa se pueda realizar. Además, hay mucho
pesebrista. Ya lo decía Isócrates casi 400 años a. de C.: si adulabas y te
sometías a los griegos, éstos te darían poderes, prebendas, hegemonías,
canonjías, etc. Hoy sabemos quiénes son los “griegos”.
Si este gobierno verdaderamente tuviese en cuenta la
Constitución , no tendría más que leer el
artículo 149.2 en el que se viene a decir que es deber del Estado facilitar los
contactos culturales entre las distintas autonomías.
Permítanme ustedes que cite unas pintadas que hemos leído en la comunidad de Castilla-León: “León sin Castilla. Puta Castilla”.
No muy lejos, también se lee: “El Bierzo sin León. Puto León”. En
fin, sin comentarios.
Y terminamos con una frase de Manuel Azaña, nada sospechoso de
fascista:
“Os permito, tolero, admito, que no os
importe la República, pero no que no os importe España. El sentido de la Patria
no es un mito”.
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