Como ya saben, nos gusta
“recuperar la memoria histórica”, pero la reciente. Vamos a ello.
Allá por el año 2012, el
presidente francés François Gérard Georges Hollande, manifestó que subiría los
impuestos en la “douce France”, medida ésta con la que estaba de acuerdo el
ínclito e insigne Rub-Al-Kaaba ¿Se acuerdan?
Aquella subida de
impuestos del galo, denominada “ajuste fiscal”, oiga, era de unos 33.000
millones de €, de los cuales la tercera parte saldría de la supresión de cierta
partidas del gasto público, y el resto del incremento de impuestos.
Este resto saldría de la
subidas fiscales a las empresas y a las rentas superiores a los 26.000 €.
Además, las personas que ganasen más de 150.000 €, pagarían el 45 % de lo que
rebase esta cantidad, y las que ganasen más de un millón, la tributación sería
del 75 %.
Pero como resulta que los
directivos de las empresas galas que ganaban esta cantidad no eran muchos, la
recaudación, obviamente, sería baja.
Pero, claro, con esta
medida se transmitía el mensaje subliminal y demagógico de que se castigaba a
los ricos severamente.
En aquellos tiempos, Bernard Aranult, del que decían que tenía la
mayor fortuna francesa, unos 20.000 millones de €, pidió la nacionalidad belga
para evadir estos impuestos. Ya se pueden imaginar la sarta de insultos que sufrió
este señor. Nadie dijo nada de los miles
y miles de puestos de trabajo creados por este empresario. Pero, claro, esto no
está en el manual del agit-prop ni en el panel ideológico del señor Rub-Al-
Kaaba y demás ¿Se acuerda que poco tiempo después de que su correligionario francés
comunicase esta decisión tributaria, usted también se “solidarizó” con estas
medidas diciendo que tal presión fiscal tenía que ser para “los que más ganan,
más tienen y más heredan”? Los “artiscejos” y políticos poseedores de suntuosos
chalets, enormes mansiones, lujosos autos y grandes patrimonios, todos ellos
militantes en el PPSSOOEE y en el comunismo, estarían temblando.
Señor Rub-Al-Kaaba: todo
esto que usted y su camarada galo defendían, no solucionó absolutamente nada.
Sí se solucionarían muchas cosas si se recortasen los privilegios, momios y sinecuras
de la casta política, a la cual usted pertenece. Mientras se siga con el
despilfarro y derroche que suponen los reinos taifas autonómicos y sus
duunviros; mientras no se elimine el inservible Senado, así como la inoperante
e inútil monarquía, capitaneada en aquel entonces por el augusto mata-elefantes, y se supriman
las subvenciones a los sindicatos, no habrá nada que hacer. Por estos motivos,
y por otros, han generado ustedes los socialistas el espantoso déficit que
dejaron en su día.
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