Hasta hace relativamente poco
tiempo, el socialismo, con toda su gama de variantes, se podía decir que era el
gran y único enemigo de la verdadera democracia. Este “socialismo salvador”,
gran fabricante de todo tipo de armamento que enviaba al resto del mundo para
que “luchase por la libertad”, hoy se encuentra desbancado y rebasado por otros
dos enemigos de la citada democracia, a saber: el Islam y los nacionalismos.
En esta España nuestra, que
diría la cantante Cecilia, da la impresión de que hay una “entente cordiale”
entre socialsmo, islamismo y nacionalismo, porque se dan cuenta los socialistas
que en esa lucha antidemocrática han perdido terreno ¿Podría ser esta la razón
de la “alianza de civilizaciones”? ¡Vaya usted a saber!
Las afinidades entre esta
“troika”, aunque aparentemente son dispares, tienen una misma base: odian la
libertad que hay en democracia. De los tres, el más fuerte es el Islam, por
razones históricas e ideológicas, que terminará tragándose a las otras dos y,
siendo benévolos y optimistas, les darán las gracias por haberles allanado el
camino o, en el caso más probable, terminarán siendo lapidados o en la horca.
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