domingo, 10 de marzo de 2019

A lo peor, lo consiguen




Sí, con el concurso del Islam que, como ya hemos dicho varias veces rezuma odio, violencia, crueldad, fanatismo, fatalismo, lascivia, etc, etc, a lo peor se consigue que desaparezca la sociedad occidental cristiana. No les importa, aunque ninguno de estos defensores de la “liberdad” y de la “alianza de civilizaciones” aguantaría vivir un instante bajo semejante régimen teocrático, carente de todo tipo de resortes políticos y civiles.


 Además, todos esos inmensos colectivos de sodomitas, gomorritas y lesbianas, que celebran manifestaciones con toda parafernalia y orgullo, algunas de ellas encabezadas por líderes políticos y “sindicaleros”, y que campan por sus respetos dentro de “los muros de la Patria mía”, allí no se podrían celebrar. La horca y la lapidación les esperarían, aunque quizá hubiese un problema: a lo mejor no habría cuerdas ni canteras suficientes para tales menesteres. Pero es igual, su “maurofilia” es pública, notoria y patente. Y es que el Islam puede ser el sucedáneo ideológico, ya que con el derrumbe de la URSS quedaron huérfanos de ideología.

Este sucedáneo les atrae y les seduce porque las dictaduras socialistas han durado relativamente poco: 75 años en la mencionada URSS y 60 en Cuba a punto de derrumbarse también. Sin embargo, el Islam lleva 1.300 años, oiga, y esto es lo que admiran.

Si hacemos una pequeña comparación entre el socialismo real (llamado “científico” por los pedantes infumables marxistas), y el Islam, vemos una cosa curiosa: ni los gulags, ni las matanzas, ni las hambrunas, ni los genocidios, ni las checas, ni todo el aparato represor del estado, ni las bayonetas del ejército rojo, fueron capaces de someter a los pueblos. En cuanto tuvieron ocasión, casos de Hungría, Checoslovaquia, Polonia, la mentada URSS y lo poco que le queda al régimen de los hermanos Castro, le pegaron una patada en el tabalario y se acabó el asunto.

Sin embargo, el Islam, aparentemente, no ha cometido los errores históricos del socialismo real, científico, marxista-leninista-gramsciano, o como ustedes quieran llamarlo. Ahí sigue. Y expandiéndose. Con esto queremos decir que puede que haya que mirarse en el espejo del Islam y aplicar sus métodos que, como nos explica la Historia están sobradamente comprobados. No hay nada más que mirar que cuando apareció el Islam en el siglo VII, quedaron arrasadas la civilización y la cultura clásica ¿Y hoy? Pues todo se andará. De momento los talibanes volaron en su día las imágenes de Buda ¿Se acuerdan?

¿Pensarán los rectores del socialismo que para imponerse de una vez por todas necesitan una religión, entendiendo por tal una religión política? Se dan cuenta los citados rectores que, mientras que el socialismo no consigue sus propósitos y objetivos a pesar de tener en sus manos todos los resortes de la comunicación y, aproximadamente, sólo la mitad de los votantes le hacen caso, el Islam, por el contrario, consigue el auténtico lavado de cerebro vaciando las mentes de toda la población. Aquí está el quid de la cuestión. Y no se olvide que lo del Islam moderado es una argucia. Los infieles somos, desde el punto de vista político, imperialistas, opresores y explotadores. Nuestra democracia es una porquería y no hacemos otra cosa que robarles su petróleo, cuando los que les están robando son esos emires, jeques y demás realeza alauita, con sus “pobres” mansiones y sus “cochecitos”.

Pero, claro, esto a los rectores del socialismo les importa un bledo, dos cominos y tres dídimos. Son más importantes las alianzas de incivilizados y los acuerdos y “tratados de amistad” con los Evo Morales, Hugo Chávez, Maduro, o con el régimen comunista de Cuba. Tampoco les importa que la gente salte hecha añicos de trenes, supermercados, metros, etc.

Subliminalmente hay otro aspecto muy importante del que se valen para dinamitar la sociedad occidental: no es otro que la inmigración. En vez de exigirles que se adapten a nuestras leyes, costumbres y normas, se nos exige a nosotros el adaptarnos a ellos y nos los empotran de cualquier forma, dándoles todo tipo de facilidades. Y una vez que esta inmigración esté lo suficientemente agradecida, se la lanza como una turbina contra “La Infame”, es decir, contra la Iglesia Cristiana, logrando matar dos pájaros de un tiro.

En fin, y para terminar, seguiremos oyendo los cantos de sirena de paces mundiales y de hermanamientos y alianzas fraternales.



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