La situación en la que se encuentra España, por incompetencia de unos
y por echar leña al fuego otros, es preocupante. Los problemas surgen a diario
sin solución de continuidad. Quizá uno de los más importantes sea al asunto
catalán, del que se habla a todas horas y que nadie resuelve.
Y no se resuelve por esa manipulación de la Historia de la que tanto
se comenta y se habla, por mor de beneficiar esas historietas que el catalanismo
expande a los cuatro vientos manifestando, por poner un ejemplo, que el catalán,
“pueblo superior”, fue vejado, oprimido, agraviado y aplastado por otro “pueblo
inferior”, el español. Como supondrán, eso de “pueblo superior” y “pueblo
inferior”, nos huele a zurrón de peregrino, ya que parece un planteamiento
hitleriano.
Pero claro, oiga, “los idiotas útiles” para algo están, ya que son
manejados por los diversos “mass-media” que, al más puro estilo gramsciano, los
arrastran al total y absoluto desconocimiento de la verdadera Historia.
Pero además de los “mass-media”, hay otro medio que a la larga traerá
malas consecuencias: la educación, que hace que niños y jóvenes no solamente se
enfrenten, sino que muchos tengan que salir de Cataluña con sus familias e irse
a vivir a otro sitio.
La historia que se enseña a esta gente joven, está llena de mentiras,
embelecos, engaños, imprecisiones, tergiversaciones, distorsiones, omisiones,
etc, etc.
Como ya se sabe, estamos ante un separatismo cerril e intolerante,
creando un estado de crispación que no se sabe muy bien en qué terminará. Mucha
culpa de todo esto la tiene este acomplejado e híbrido gobierno que tenemos.
En fin, seguimos sin aprender de nuestra historia reciente, en la que
los separatismos, muchas veces pastoreados por los de la internacional de la
mentira, del odio y del terror, siguen en sus trece.
Y terminamos con una frase de Albert Einstein:
“No se puede acabar con el
dominio de los tontos, porque son tantos, y sus votos cuentan tanto como los
nuestros”.
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