lunes, 19 de febrero de 2018

“Sinfonía en rojo mayor”



Así se intitula el libro de José Lándowsky, editorial NOS, Madrid 1.950, 591 páginas.


La verdad es que no hacía falta que se editase “El libro negro del comunismo”, libro ya comentado en este blog con fechas 7 y 8 de febrero de 2017, o se abriesen parcialmente los archivos secretos de la antigua KGB soviética, para mostrar y descubrir todo el terror y el horror del régimen comunista. El libro está traducido por Mauricio Carlavilla, “Mauricio Karl”.

En la primera solapa del libro, se puede leer: 

“El doctor Landowsky dejó escritas las memorias de sus relaciones con la Policía Secreta soviética y con su organismo judicial. La organización científica del crimen y su utilización política aparecen al desnudo ante las generaciones, para las que se ha creado el más estupendo instrumento de opresión que registra la historia. Si quiere usted enfrentarse con la realidad más nueva y profunda del siglo XX; si quiere usted conocer el mecanismo y razón den hechos sin explicación hasta hoy; si quiere usted ver palpitar las entrañas del mundo que le ha tocado vivir, deberá leer Sinfonía en rojo mayor”.

Lo que aquí nos cuenta Landowsky es para poner los pelos de punta, aunque, claro, todo lo que se cuenta es mentira, o “tiene muchas imprecisiones”, como decía un pedante marxista infumable al referirse a “El libro negro del comunismo”

En la página 590, Mauricio Carlavilla nos dice:

“Advertencia:

“Esta es la penosa traducción de unos cuadernos hallados sobre el cadáver del doctor Landowsky, en una isba del frente de Leningrado, por el voluntario español A.I. Él nos los trajo. Su reconstrucción y traducción fue lenta, trabajosa, dado el estado de los manuscritos. Duró años. Aún más tiempo estuvimos dudando para su publicación. Eran tan maravillosas e increíbles sus revelaciones del final que jamás nos hubiéramos decidido a publicar estas memorias si los hombres y los hechos actuales no les dieran plena autenticidad. Antes de que vieran estas memorias la luz, nos hemos preparado para la prueba de la polémica. Respondemos personalmente de la verdad absoluta de sus hechos capitales.
Veremos si hay alguien capaz de refutarnos co evidencias o con razones. . .
Esperamos”.

El horror y el terror del sistema comunista quedan aquí perfectamente reflejados en esta obra. Baste recordar, por ejemplo, que José Landowsky fue secuestrado por la policía soviética durante tres años, siendo liberado al final encontrándose con que su familia había sido vilmente asesinada. Por tal motivo, se volvió loco llevándolo al suicidio, aunque hay quien atestigua que también fue asesinado.

Landowsky era químico y médico, estando interesado por el efecto de las drogas sobre el organismo humano con el objeto de ayudar e los cirujanos en las operaciones, llegando incluso a estudiar unos años en la Sorbona parisiense.

La persecución que sufrió este hombre fue implacable, llegando al extremo de no dejarle publicar sus artículos en ninguna revista. Llegó a hablar con algunos colegas suyos para decirles que publicasen sus artículos con sus propios nombres. Y así se hizo, pero la temible NKVD, Policía Secreta, descubrió el engaño.

En 1.936, fue arrestado y conducido a un laboratorio de la NKVD, obligándole a trabajar para ellos. Allí presenció todo tipo de torturas, interrogatorios y crueldades. De todo esto que veía, hacía unos apuntes, al mismo tiempo que hacía copias de documentos que pasaban por sus manos, guardándolos en los huecos de las patas de su mesa en el laboratorio.

Conviene leer el capítulo XXXV intitulado “A España”, página 432. Entre otras cosas, el miembro de la NKVD que acompaña al médico a nuestra patria dice, refiriéndose a la Guerra Civil Española: 

“Esta pequeña guerra, guerra y revolución a la vez, ha sido un ‘salto de caballo’ de Stalin en el tablero de ajedrez europeo. Sepa, doctor, que ha sido provocada por nosotros”.

Luego continúa el ejemplar de la NKVD: 

“Aquí en España, vio Stalin, con una visión que lo acredita como el mayor genio de la Era, la solución de su doble problema, el interior y el exterior. Para lograr la doble solución bastaba con provocar esta guerra civil”.

Y luego sigue: 

“El jefe político español del partido más importante del Frente Popular, pronto primer ministro, declaró la guerra a Italia y a Alemania desde Londres. Esta declaración se tomaría aquel día como una quijotada. No lo era, aunque también lo creyera el mismo que hizo la declaración. Fue inspirada por dos de nuestros insertados en su partido e íntimos del ‘leader’ socialista, a quien halagaban llamándole el ‘el Lenin español’, aunque sólo era un imbécil masón, con un cerebro relleno de cemento, residuos de su antigua profesión. Hecha esta declaración de guerra a las naciones fascistas, a los tres o cuatro días hicimos la provocación”.

“¿ Y cómo?”, preguntó Landowsky

“Una célula nuestra de la policía militar entró en la casa donde vivía el jefe de la oposición y se lo llevó; a la mañana siguiente lo hallaron con un tiro en la nuca de lo más clásico”.

En fin, lo de siempre: libro recomendado para los “historieteros” de la internacional de la mentira, del odio y del terror, así como para otros “historieteros” de lo políticamente correcto, y para otros de menor talla que escriben en “periodiquinos independientes”.



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