martes, 20 de febrero de 2018

“Los mitos de la Guerra Civil” ( I )


Gracias a D. Luis Pío Moa Rodríguez por sus magníficas obras sobre la la II República Española y la Guerra Civil. De dichas obras destacaríamos “Los orígenes de la Guerra Civil”, “Los personajes de la República vistos por ellos mismos”, “1934 Comienza la Guerra Civil”, “Contra la mentira”, “España contra España”, “Falacias de la izquierda, silencios de la derecha”, “La república que terminó en guerra civil”, “Los mitos del franquismo”, libros ya comentados en este blog,  y este que vamos a comentar ahora “Los mitos de la Guerra Civil”, editorial La Esfera de los Libros, 2.003, 605 páginas, que es un libro sencillamente magistral, ya que permite comprobar cuántas mentiras se han vertido sobre la contienda. Mentiras que aún se siguen contando con los únicos fines de utilidad propagandística y de mantener un rescoldo de odios que algunos les interesa que siga encendido. El silencio con que sus libros han sido acogidos, revela dos cosas: que no hay argumentos para refutar lo que se dice en tales obras y que tal silencio revela también el interés por seguir manteniendo las mentiras. Lo que sí ha cosechado el señor Moa han sido insultos, lo que hace pensar que tiene razón.


Sus obras están basadas en el estudio y la investigación con riguroso apoyo documental, y escritas con espíritu científico y honradez intelectual, cosas que les faltan a algunos que presumen de tenerlos. Sus fuentes son documentos republicanos y socialistas. Se percibe que lo que narra el señor Moa, encaja mejor con la realidad que con los mitos, fábulas y tópicos que nos han contado hasta ahora. A pesar de esto, para muchas personas esta trilogía les ha resultado sencillamente insoportable.

El gran anatema por el que se condena al señor Moa, es el decir que el PCE y otros no habían defendido ni la democracia ni la República, sino la revolución. Esto está de sobra demostrado.

También molesta el señor Moa porque mucha gente, sobre todo jóvenes, que reciben permanentemente la falaz intoxicación sobre el tema, se están dando cuenta que les han contado muchas mentiras: la República fue el período más democrático, más benéfico, más cultural, de más libertad, etc, de toda la historia de España. Fue destruida por la acción conjunta de la derecha reaccionaria, de la iglesia oscurantista aliada de los ricos, de los partidos monárquicos y de los militares, que culminó con un alzamiento militar que condujo a una horrible guerra civil. Guerra que se ganó gracias a la ayuda de Italia y Alemania. Amén de todo esto, se crean mitos y “contramitos” basados en hechos reales como el bombardeo de Guernica o la defensa del Alcázar. También se inventan cosas como la matanza de Badajoz, el exilio de millones de republicanos y la existencia de campos de exterminio al estilo nazi sin nombrar, claro está, los millones de personas que morían en el inmenso GULAG que era por entonces la URSS, dirigida por Stalin al que se le había pedido ayuda. No se comprende muy bien cómo en una situación de tanta democracia y libertad, se haya pedido la colaboración un régimen dirigido por uno de los mayores dictadores criminales de la Historia de la humanidad. 

Pero lo que no se le perdona a Pío Moa es que provenga del marxismo-leninismo y que haya renegado del mismo. Tampoco se le perdona que haya desmontado esos mitos: no se puede permitir que Moa los analice porque muchos los han creído y otros, aún sabiendo que son falsos, por aquello de la mentira repetida mil veces, temen que su verdad quede con el tabalario al aire.

Tampoco se le perdona que los Tusell, Preston, Juliá, etc queden en evidencia.

Lo que tienen que hacer los intelectuales asimilados que descalifican a Pío Moa, es comportarse con elegancia: que rebatan lo que dice con documentación y con investigación, en vez de descalificarlo, insultarlo y de intentar eliminar su obra por medio de una censura de silencio propia de un régimen fascista o de un sistema comunista. Que tomen nota los historieteros de “periodiquinos”.

En la próxima entrega veremos lo que nos cuenta el autor en el Capítulo 11 intitulado “Consideraciones generales sobre las causas de la guerra”, página 183.

Como siempre decimos, recomendamos leer este libro, como todos los de Pío Moa. 


Continuará.



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