sábado, 10 de febrero de 2018

El empleo de la fuerza y los impuestos





Los sistemas políticos, como es obvio, tienen sus partes positivas y negativas. Pero hay algunos, como es el caso del sistema socialista,
que es improductivo, estéril y que además impide el progreso humano: los bienes los producen otros, mientras que “nosotros” los gestionamos a través de impuestos.
Las sociedades suficientemente ricas y democráticamente fuertes que se vean invadidas por el sistema socialista, dejarán pronto de ser ricas y democráticas por dos razones: por el parasitismo voraz que lo carcome todo, y por la aplicación del “programa máximo” de tal ideología que hace que el destino de personas y países deje de ser brillante para convertirse en nebuloso. Que no traten de engañarnos: las libertades son abolidas y sustituidas por otro tipo de “libertades”.

Los enemigos de la democracia, el socialismo entre ellos, han trabajado lo habido y por haber para desbancarla y derribarla: no hay más que repasar un poco la Historia, ver la propia ideología de tal sistema, o los hechos. Ahí tienen a Corea del Norte, Cuba y Venezuela a la cola del mundo en prácticamente todo.

En el caso concreto de nuestra patria (no sólo los vascos y "Che" Guevara tienen derecho a usar la palabra “patria”), los representantes de la ideología socialista, se han burlado y se burlan del parlamentarismo. En este momento tal burla es notoria aunque, claro, esto al “pueblo soberano” no le importa o no se entera.

En tiempos pasados recientes, es decir, en los tiempos acotados para la “recuperación de la memoria histórica”, la burla ha pasado al ataque. Recordemos al fundador del PSOE, Pablo Iglesias, personaje atrabiliario por excelencia, cómo amenazaba con atentados a sus oponentes parlamentarios, y como esos atentados eran llevados a cabo posteriormente. Jamás se han arrepentido de todo esto: su carencia de conciencia, de escrúpulos y se sensibilidad moral, siempre han sido manifiestas porque son consustanciales con el sistema.

Otra marca de la casa es el empleo de la fuerza: en ella creen a pies juntillas porque saben que resuelve y dirime los asuntos y diferencias políticas en un santiamén. Es decir, la discusión parlamentaria de tales asuntos y diferencias no les interesa porque es lenta e inútil: la fuerza acelera la implantación de los fines que persiguen, estando dispuestos para emplearla cuando les venga en gana porque para eso están “legitimados” por la “hybris intelectualista” que les hace saberse poseedores de la verdad porque “nos conviene a todos”.

Terminamos: que no nos engañen cuando van al parlamento, o cuando se presentan a las elecciones disfrazados de demócratas, o cuando se dedican a dar "consejos"  a dictadores inmiscuyéndose en asuntos que no les interesan. Ahí tenemos a "Zetapedos" dando ejemplo.





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