Decía el sabio Salomón que la soberbia es el heraldo de la ruina, como lo es también el orgullo mal entendido, la altanería, la arrogancia, la altivez, la pedantería, etc. Esto está sobradamente demostrado. Que se lo pregunten a Pablo Iglesias.
Como ya sabrán, este sujeto reconoció hace unos días el varapalo que sufrió su “formación” en las elecciones de Galicia y Vascongadas. Este reconocimiento, ¿le llevará a hacer un verdadero análisis de sus postulados marxistas-leninistas que, como también está demostrado sobradamente, no generan más que hambre y miseria, amén de otras cosas? Creemos que no porque, como siempre, la culpa la tendrán “los otros”.
Uno de los muchos errores del “podemismo” es el intentar el enfrentamiento, la convulsión y la crispación social al más puro estilo leninista. Sus objetivos no son el conseguir que haya paz y justicia social, no. Lo que pretenden es derrumbar los soportes constitucionales vigentes.
Por otra parte, en los discursos, arengas, alocuciones, peroratas, etc, de Pablo Iglesias y su “complexo”, se ve brusquedad y aspereza por doquier. En lugar de buscar acuerdos y pactos con el resto de partidos para el mejor funcionamiento de los asuntos sociales, económicos, políticos, etc, echan broncas a la sociedad, hiriendo con encono y rencor a toda persona que se atreva a discutir o discrepar de sus principios.
La verdad es que mucha gente está hasta el gorro de estas tirantes y tensiones permanentes. A lo mejor esto fue uno de los motivos del batacazo electoral reciente. También se está dando cuenta la gente que estos “podemitas” sólo admiten el diálogo con quienes únicamente piensan como ellos. La soberbia es brutal.
Y para terminar, no se comprende como este sujeto llegó al Gobierno solamente con 35 escaños . . . bueno, a lo mejor el miedo del “doctor Sancheznestein” de no poder coger la poltrona “Monklovita”, sí tuvo algo que ver. Para esto estuvo el abrazo del oso, oiga.
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